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Honduras
domingo, mayo 12, 2024

Dignidad, compromiso y extraordinaria resonancia del país

Una excepcional energía de potencialidades y de inusitada cualidad, se revisten  de la fuerza de  gentileza y dulzura, desempeñando un importante papel social y económico,  desprovistas de obscuridad, encausadas éstas  por la coronación y floración de la suprema  fuerza de la vida dentro de esta disyuntiva delineada  que adorna sin rodeos, restricciones  o limitaciones, la escala sobresaliente de nuevos y mejores derroteros para la patria, en calidad de manifestación de auténtico pensamiento que aparta las inoficiosas críticas o reproches y los ofensivos sectarismos y separaciones políticas,  que tanto perjuicio causan a una indeterminada cantidad de naciones o estados  del mundo.

Nuestra querida Honduras, como Estado de Derecho, declara la voluntad de los pueblos y la grandiosa energía de vincularse a un futuro proceso electoral por medio del voto libre, directo e independiente, con la elemental finalidad de elegir a sus autoridades locales o generales, sin injerencias o impedimentos, actuando los ciudadanos de manera sumamente cautelosa y prudente, en la escogencia de las personas que a expectante regirán o administrarán los destinos del país. Un régimen regido por la energía de los pueblos reconoce el principio de legalidad que rige cualquier acción, por leyes, y el sufragio y los partidos políticos desarrollan las propuestas de la colectividad, en determinada como rotunda época y circunstancias. Efectivamente, la democracia es un procedimiento que obedece y representa el atrevimiento o energía de las mayorías dentro de inmaculados principios y vitales objetivos, sin prescindir o separar las minorías que cumplen un papel interesante de fundamentales tachas o críticas en control o eventual vigilancia de las operaciones y obras realizadas dentro del marco constitucional o legal. Por otro lado, el poder político  no solo es fuente de la facultad económica o financiera y convertirse en aristas de  corrupción o despilfarro de los fondos públicos u oficiales, sino que al contrario, la riqueza captada o recogida de los impuestos, tasas, donaciones  y contribuciones, no solo es fuente de enriquecimiento ilícito de unos pocos personajes, sino que es un beneficio que alcanza un beneficio para todos los hondureños, cuando es repartida de manera justa en nuevos centros escolares, mayores y mejores centros de salud, en seguridad jurídica individual  y colectiva, logrando el bienestar general, frecuente y ordinario, disminuyendo el desempleo, la violencia, como causa de los variados delitos, y evitando el contagio de la enfermedades por medio de la vacunación masiva en la gran cantidad de aldeas,  comunidades y poblaciones que conforman el entorno y ambiente o medio  de  la extensa  geografía nacional. Hay que velar por los intereses públicos o servicios del estado, en satisfacción prioritaria de las necesidades absolutas o relativas de la gente.

Es una obligación impostergable velar por forjar el acervo cultural fomentando actividades instructivas, materiales y  recreativas de la población, requiriendo la realización de obras de limpieza y ornato, bienestar y tranquilidad, generar finalidades de actividades de teatro, bibliotecas públicas, museos, parques infantiles, extensión o ampliación  de canchas deportivas, y otras prontitudes o diligencias de similar o semejante dirección, formando una conciencia general en las diversas ciudades, localidades o metrópolis, abarcando obras peculiares de similar especie, Considero una necesidad inaplazable un desarrollo  e impulso sostenido de  ampliación de las áreas verdes, fortaleciendo el ornato, la salud y el bienestar de las ciudades.

Como expresión de dignidad, compromiso y extraordinaria resonancia de Honduras, el progreso material y espiritual de nuestra patria se alcanza con hechos y no palabras.

Ernesto Alvarado Reina.

Abogado y notario.

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