34.2 C
Honduras
lunes, mayo 13, 2024

DAR LUZ Y SOPORTAR LAS QUEMADURAS

La empatía es un elemento clave para desarrollar un proceso de terapia. Se trata del concepto que utilizamos para referirnos a la capacidad del ser humano de ponerse en el lugar del otro. Por tanto, ser empático significa ser consciente y considerado con los sentimientos de los demás, como decimos, en pocas palabras, es “ponernos en sus zapatos”.

Un concepto en evolución es el llamado Desgaste por Empatía, se asocia al “coste de cuidar” de otros que padecen sufrimiento emocional (Figley, 1982). Hay numerosos términos que describen este fenómeno, ha sido descrito como Victimización Secundaria (Figley, 1982), Estrés Traumático Secundario (Figley, 1983). Puede verse enmascarado por otros conceptos relacionados, como, por ejemplo, Contagio emocional, Burn-out, Contratransferencia etc., (Figley, 1995). Todos estos términos son los que se han venido usando para nombrar el estrés sufrido por el personal sanitario, o cualquier otro profesional o trabajador involucrado en el manejo de situaciones altamente estresantes y/o traumatizantes.
La fatiga por compasión provoca un sentimiento de profunda pena, que el terapeuta u otra persona siente por el que está sufriendo, acompañado por un fuerte deseo de aliviar el dolor o resolver sus causas. Y tal como resalta el científico Figley, la capacidad de compasión y empatía parece estar en el centro mismo de nuestra capacidad para realizar el trabajo con nuestros usuarios, y al mismo tiempo en nuestra capacidad para ser lastimados por el trabajo, por lo que se hace necesario que cada uno de nosotros prestemos atención a cuidar nuestra mente, cuerpo y espíritu para poder estar de pie y poder levantar al caído. Ya que como decían el psicólogo Víctor Frankl “Quien da luz, debe soportar las quemaduras”, por tanto, qué más quisiéramos nosotros poder ver rápidamente la solución de los problemas de nuestros pacientes o del prójimo al que ayudamos, pero hay procesos que simplemente llevan un tiempo determinado. Dejamos por acá algunas recomendaciones para el autocuidado de todos los intervinientes empáticos:
• Mantener dentro de nuestra rutina diaria, las técnicas de relajación o de meditación.
• Realizar actividades de ocio completamente diferentes a temas laborales, leer libros de diferente temática, escuchar comediantes, hacer manualidades, etc.
• Estar muy atentos a nuestra cantidad y calidad de sueño, debe ser suficiente.
• No tomar más trabajo del que podemos llevar, ni aceptar casos que no podremos manejar efectivamente.
• Una vez atendida la emergencia, se debe desarrollar rápidamente en el paciente la independencia, para resolver pequeñas crisis sin nuestra intervención.
• Reconocer que el terapeuta o ayudador también necesita un apoyo psicológico.

EL ARTE DEL DESCANSO ES UNA PARTE DEL ARTE DE TRABAJAR.
JOHN STEINBECK.03

- Publicidad -spot_img

Más en Opinión: