El gobierno de Estados Unidos ha iniciado un proceso de revisión y pausa temporal de 90 días en su política de ayuda exterior, con el objetivo de evaluar el destino de los fondos y eliminar gastos considerados innecesarios.
Esta medida, impulsada por el Departamento de Estado, busca garantizar que cada dólar invertido contribuya a la seguridad y prosperidad del país.
Un presupuesto millonario en asistencia internacional
Estados Unidos destina aproximadamente 40.000 millones de dólares anuales en ayuda exterior, una cifra que representa casi el 40 % de la asistencia humanitaria global.
Este gasto incluye financiamiento para programas de desarrollo, asistencia en desastres y cooperación en seguridad con otras naciones.
Sin embargo, el gobierno ha argumentado que algunos de estos fondos han sido utilizados en proyectos que no favorecen los intereses nacionales.

¿Por qué se pausó la ayuda exterior?
El Departamento de Estado explicó que la revisión es necesaria para evitar que programas de asistencia funcionen de manera automática sin un control adecuado.
Según la administración, algunos proyectos han sido financiados sin una evaluación rigurosa de su impacto y beneficio para Estados Unidos.
Gastos suspendidos y excepciones permitidas
Entre los programas cuya financiación ha sido detenida se incluyen:
- Distribución de anticonceptivos en Gaza.
- Iniciativas de justicia climática en Gabón.
- Programas de energía limpia para mujeres en Fiji.
- Programas de planificación familiar en América Latina.
- Proyectos de educación sexual y salud reproductiva en diversas regiones del mundo.
Por otro lado, la asistencia humanitaria de emergencia, que incluye suministro de medicamentos, servicios médicos, alimentos y refugios, se ha exceptuado de la pausa y continúa en marcha.
Además, se han aprobado exenciones en materia de seguridad nacional para garantizar la protección del personal estadounidense en el extranjero y facilitar la repatriación de inmigrantes ilegales.
Ahorro para los contribuyentes estadounidenses
Desde el inicio de la pausa, el Departamento de Estado ha recibido solicitudes de exención por miles de millones de dólares.
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Si bien muchas aún están en evaluación, la administración ha asegurado que ya se han evitado gastos por más de un millón de dólares en programas que no se alinean con la nueva política de «Estados Unidos Primero».
Este proceso de revisión continuará en los próximos meses y podría derivar en una reestructuración significativa de la asistencia internacional estadounidense.