Redacción. El empresario y filántropo Bill Gates ha lanzado una advertencia que ha generado preocupación en el ámbito internacional: la próxima gran guerra no será con armas nucleares ni ejércitos convencionales, sino que se librará en el ciberespacio y estará impulsada por la inteligencia artificial.
Durante una serie de declaraciones recientes, el fundador de Microsoft expresó su inquietud por el creciente riesgo de un conflicto global en los próximos 25 años, alimentado por el avance descontrolado de tecnologías emergentes.
Según Gates, la inteligencia artificial podría convertirse en la principal herramienta de destrucción en una futura Tercera Guerra Mundial.
Armas cibernéticas
El magnate tecnológico advirtió sobre el uso de armas cibernéticas autónomas y sistemas controlados por IA en posibles enfrentamientos, lo que plantea un escenario totalmente distinto a las guerras del pasado.
Frente a este panorama, Gates propuso la creación de un organismo internacional que supervise y regule el desarrollo de la inteligencia artificial, similar al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), encargado de vigilar el uso pacífico de la energía nuclear.
La advertencia de Gates se suma a la de otros líderes del sector tecnológico, como Elon Musk, quien ha señalado que la competencia global por la supremacía en inteligencia artificial podría ser el detonante de una guerra a gran escala.
Potencias podrían escalar
En este contexto, las tensiones entre potencias mundiales como Estados Unidos, China y Rusia podrían escalar rápidamente, ya que el dominio de la IA representa una ventaja estratégica clave en cualquier conflicto moderno.
Esta nueva carrera armamentista tecnológica añade una dimensión impredecible al ya frágil equilibrio internacional.
Frente a esta amenaza, Gates insistió en la necesidad urgente de una regulación global que impida el uso malicioso de la inteligencia artificial.
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Si bien reconoce que los riesgos son considerables, también asegura que son manejables si se actúa a tiempo.
Su llamado a la cooperación internacional busca evitar que los avances tecnológicos se conviertan en armas de destrucción masiva, y en cambio, se utilicen para promover el desarrollo y la estabilidad mundial.