La comunidad científica sigue con atención la trayectoria del asteroide 2024YR4, descubierto en diciembre de 2024, que según las primeras proyecciones podría impactar la Tierra el 22 de diciembre de 2032.
Aunque la probabilidad de colisión es baja (1.6 %), la posible zona de impacto en la franja ecuatorial del planeta ha generado especial preocupación en países como Colombia y Venezuela.
Un asteroide de alta velocidad y trayectoria incierta
El 2024YR4 fue detectado por el sistema de monitoreo ATLAS de la Universidad de Hawái y posteriormente confirmado por el Catalina Sky Survey, en Arizona.
Se estima que el asteroide tiene un diámetro de entre 40 y 90 metros y viaja a una velocidad de 13 kilómetros por segundo.
Los cálculos iniciales indican que en diciembre de 2028 pasará cerca de la Tierra sin riesgo de impacto.
Sin embargo, su acercamiento en 2032 presenta una posibilidad de colisión que aún debe ser analizada con mayor precisión.
¿Impacto en Colombia o Venezuela?
Según los estudios preliminares, en caso de colisión, el asteroide impactaría en la zona ecuatorial del planeta, con Colombia y Venezuela dentro del área de mayor riesgo.
El divulgador científico Macakiux explicó que, aunque la incertidumbre sobre su trayectoria sigue siendo alta, es fundamental monitorear el objeto en los próximos años.
«Si impacta, no será el fin del mundo, pero sí un evento devastador a nivel local», advirtió.
Dependiendo de su densidad, el impacto podría liberar entre 1 y 40 megatones de energía, equivalente a la explosión de la bomba más potente jamás detonada por la humanidad.
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¿Cómo se podrá prevenir el impacto?
Si se confirma el riesgo de colisión, los científicos podrían evaluar opciones para mitigar el impacto.
Entre ellas, se contemplan medidas como la evacuación de la zona o incluso una misión espacial para desviar el asteroide, similar a la misión DART de la NASA, que en 2022 logró alterar la trayectoria de un asteroide mediante una colisión controlada con una nave.
Actualmente, telescopios como el Hubble y el James Webb se han asignado para rastrear la órbita del 2024YR4 y mejorar las proyecciones sobre su posible impacto.
Uno de los factores que podría modificar su trayectoria es el efecto Yarkovsky, un fenómeno en el que la radiación del Sol altera ligeramente la órbita de los asteroides con el tiempo.

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Esto significa que la incertidumbre sobre su destino se mantendrá hasta que se realicen nuevas observaciones más cercanas a la fecha estimada de aproximación.
Macakiux concluyó que, aunque la amenaza es real, la humanidad cuenta con herramientas científicas para anticiparse a un evento de esta magnitud.
«Si impacta, será un espectáculo increíble, pero hay formas de minimizar el riesgo», afirmó.
Los expertos seguirán monitoreando la trayectoria del 2024YR4 en los próximos años para determinar con mayor exactitud si representa una amenaza real para el planeta.