El hallazgo del asteroide 2024 YR4 ha encendido las alarmas en la comunidad científica y ha puesto en marcha protocolos de defensa planetaria a nivel global.
Descubierto en diciembre de 2024 por un telescopio automatizado en Chile, este objeto celeste, con un diámetro estimado entre 40 y 100 metros, ha sido catalogado como una potencial amenaza por las agencias espaciales de Estados Unidos y Europa.
De acuerdo con las primeras estimaciones, el asteroide podría pasar cerca de la Tierra el 17 de diciembre de 2028.
Aunque una eventual colisión ha sido proyectada para el 22 de diciembre de 2032 con una probabilidad del 1,3 %.
Aunque el porcentaje de impacto es bajo, la comunidad científica ha intensificado su monitoreo para obtener una predicción más precisa sobre su trayectoria.
En ese sentido, el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS), financiado por la NASA, identifico el asteroide.

Riesgo de impacto
Actualmente, se encuentra en la lista de riesgo de impacto, lo que ha llevado a astrónomos y expertos en defensa planetaria a realizar estudios detallados sobre su comportamiento.
La escala de Turín, que evalúa la peligrosidad de los asteroides, ha otorgado a 2024 YR4 una puntuación de 3.
Este nivel indica que, si bien el riesgo de impacto es bajo, el evento merece atención.
En la historia reciente, solo el asteroide Apophis ha alcanzado una clasificación superior antes de que cálculos más precisos descartaran su posible colisión con la Tierra.
Si bien el asteroide no representa un peligro inmediato, su tamaño es suficiente para causar daños significativos a nivel local en caso de impacto.
Un antecedente similar ocurrió en 1908 en Tunguska, Siberia, cuando una explosión causada por un meteorito devastó más de 2.000 kilómetros cuadrados de bosque.

Alerta de Asteroides
Ante esta situación, la Red Internacional de Alerta de Asteroides y el Grupo Asesor de Planificación de Misiones Espaciales han comenzado a evaluar posibles estrategias de mitigación.
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En caso de que se confirme una trayectoria de impacto, una de las opciones sería utilizar tecnología similar a la empleada en la misión DART de la NASA, que en 2022 logró modificar la órbita de un asteroide al colisionarlo con una nave espacial.
Los expertos aseguran que es demasiado pronto para determinar si será necesario intervenir en la trayectoria de 2024 YR4.
Por ahora, la comunidad científica continuará con la observación del objeto hasta su próximo acercamiento en 2028, momento en el que se obtendrán datos más precisos.
El descubrimiento de este asteroide ha puesto en evidencia la importancia de seguir fortaleciendo los programas de detección y defensa planetaria.
Aunque la posibilidad de impacto sigue siendo remota, la vigilancia astronómica y el desarrollo de nuevas tecnologías continúan siendo clave para proteger a la Tierra de futuras amenazas espaciales.