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sábado, mayo 18, 2024

Alienígenas ancestrales

Por Otto Martín Wolf
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Un programa de televisión con ese mismo nombre es divulgado por muchos canales, incluyendo el “respetable” History Channel. No voy a discutir con nadie, pero, si de ideas locas se trata, tengo las propias mías, que a veces logran convencer a algunos, yo mismo incluido. Digamos que alguna civilización súper avanzada desde hace miles de millones de años se dedica a poblar el Universo, igual que en la Tierra, todas las especies animales y vegetales siempre intentan multiplicarse y avanzar sobre nuevos territorios.

El proceso es lento, pero no hay prisa, como en todas partes, la proliferación y evolución es decidida por el medio ambiente. Siguiendo con su plan llegaron a la Tierra cuando ya se había enfriado y existían las condiciones ideales para la vida. Así, plantaron en los mares los primeros organismos sencillos, apenas bacterias, que con el transcurso del tiempo evolucionaron en otros más complicados. No estoy hablando de los antepasados directos del ser humano, me refiero a los primeros seres vivos, allá en el comienzo de los tiempos.

Hace unos 475 millones de años las primeras plantas salieron a la tierra, evolucionando de acuerdo con el medio ambiente. Igualmente, los animales; el primero de que se tiene evidencia fue una especie de esponja (antepasado de Bob Sponge) que luego de un largo proceso de evolución salió del agua y caminó sobre la tierra hace unos 375 millones de años. Las aletas se convirtieron en patas, alas, etcétera, todo en un período muy largo de tiempo.

Pues bien, eso fue lo que dejaron en el planeta los supuestos alienígenas ancestrales. Aunque, si lo pensamos bien, no necesitaban venir, podían haber enviado todo en laboratorios robóticos; el mismo sistema que estamos utilizando nosotros en este momento para explorar Marte. Esos organismos súper sencillos con lo que nuestros padres celestiales empezaron todo, podían tener algún tipo de información genética que, con el tiempo, llevaría al desarrollo de la inteligencia tal y cual como la conocemos.

¿Muy increíble? No tanto si comparamos toda la información que tienen las pequeñas semillas que se convierten en enormes árboles. O, más complejo aún, toda la información depositada en un microscópico óvulo femenino y en el espermatozoide masculino que, al unirse, forman un complejísimo ser humano nuevo.

¿Podríamos ser parte de ese plan de colonización espacial de esa supuesta civilización? Nuestra eterna fascinación con las estrellas y la conquista del espacio ¿podrá ser algo implantado desde el principio para que nosotros continuemos lo que ellos empezaron?

Vamos a viajar al espacio remoto algún día, el tiempo no es obstáculo (solo nuestra estupidez guerrera y el destrozo del medio ambiente pueden evitarlo, pero digamos que no es así), ¿vamos, entonces, a sembrar vida adaptable a lo que vayamos encontrando en el camino? ¿Dejaremos nuestra huella genética en pequeños organismos, tal y como lo hizo esa supuesta civilización que he imaginado, para que ellos a su vez continúen? (No creo ser el único que haya pensado algo así, que conste).

Por otra parte, no creo que estemos en la etapa final de nuestra evolución, esta cambiará de acuerdo con el medio ambiente y a lo encontremos en el camino. Muy pronto tendremos seres humanos con chips implantados en cerebro y otras partes, ya hay gente con prótesis de laboratorio cumpliendo importantes funciones vitales.

¿Podrá ser que nuestro futuro esté planeado para que nos convirtamos en seres biomecánicos tipo Robocop o Terminator? No lo sabemos con seguridad (¿cómo podríamos?), pero por esa ruta parece que vamos. Lentes implantados en los ojos mejoran la visión desde hace algún tiempo. Dispositivos especiales también implantados hacen “oír” a los sordos.

¿Implantes de memoria? Serán necesarios o los dispositivos inteligentes se conectarán de alguna manera a nuestro cerebro y los llevaremos en el bolsillo o debajo de la piel. Es más, toda la información del mundo podría estar en la nube y nosotros “bajarla” con el pensamiento, algo tan sencillo como conectar nuestro cerebro a Google. El conocimiento no sería exclusivo de unos cuantos, solo los que se interesan por aprender, todos desde niños sabrían todo.

Agreguemos a eso inteligencia genéticamente modificada y todos seremos (serán) súper genios. Eso está en un futuro quizá no muy lejano, cuánto tiempo ha pasado desde que el Capitán Garfio amenazó a Peter Pan con su gancho hasta llegar a las prótesis de manos robóticas que obedecen al pensamiento y tienen una cubierta termosensible que le permite saber al portador la temperatura (y textura) de los objetos que tocan.

Ese es mi criterio de cómo deberían ser los verdaderos alienígenas ancestrales, no lo que dicen esos especuladores, que vinieron desde el espacio profundo a enseñar cómo picar piedra y construir pirámides.

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