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lunes, mayo 20, 2024

AGUACATE “EL SUPER ALIMENTO” ENSANGRENTADO

El aguacate (Persea americana) es una baya comestible, base alimentaria de la cultura mesoamericana e imprescindible en todas las comidas. El nombre original en náhuatl es “ahuacatl” y significa testículos (no hay que ser un chaman para saber el por qué) en castellano simplemente aguacate. Reconocemos a simple vista las razas más familiares (Hass, criollo, fuerte, Simmons) aunque existen más de 400 variedades en el mundo; aún queda mucho por conocer.

Los pueblos originarios mayas, olmecas, mexicas y resto de habitantes de Mesoamérica lo consumían como parte de su dieta diaria y su importancia iba más allá de del “simple consumo” para la alimentación. El aguacate era tan importante que los mayas lo representaron en su calendario en el décimo cuarto mes (oon) y también aparece representado en tumbas aztecas y en pinturas de otras culturas; era un “meta alimento” con un importante poder erótico, místico y religioso. El aguacate estaba y está presente en todas las comidas mesoamericanas desde al menos 3,000 años.

El oro verde tenía una fuerte significación erótica para los aztecas, al punto que las mujeres tenían prohibida su recolección ya que, era considerado un símbolo de masculinidad. También es llamado “fruta de la fertilidad” por los aztecas… su consumo estaba prohibido en el momento de las fiestas religiosas prehispánicas ya que era importante mantener la castidad. La mitología azteca dicta que el dios tolteca Quetzalcóatl entregó la salsa como ofrenda a su pueblo, para el disfrute de la mezcla de sabores del aguacate, chile y jitomate. Poco tiempo pasó para que el gesto de Quetzalcóatl llegara a toda la zona mesoamericana; este es el origen mitológico del guacamole (agucatl de aguacate y molli de salsa en náhuatl); el resto es historia. Los restos de semillas encontradas en una cueva del pueblo de Coaxcatlán, Puebla, indican que el fruto era consumido en el valle de Tehuacán entre el 8,000 y 10,000 a. C.

El fruto será el alimento más comercializado del mundo para el 2030 y el 74 % se producirá en América. La alta demanda del producto puede llevar a que vivamos en el futuro próximo el boom del aguacate; pero eso solo lo dirá el mercado. En la última década las ventas se han disparado en Estados unidos y Europa y las proyecciones invitan al optimismo.

México es el mayor productor mundial de aguacate, el grueso de la producción está ubicada en el Estado de Michoacán y la variedad “Hass” es la más demandada, con destino principal a Estados Unidos de América. El aguacate está presente en todas las mesas del mundo y se estima que para el 2030 será “alimento base todas las gastronomías del mundo”, si ya no lo es.

La ciencia de la alimentación considera al aguacate como un “superalimento” por la cantidad de vitaminas que posee: vitamina A, vitamina B, vitamina B2, vitamina B3, vitamina B6, vitamina B9, vitamina C, vitamina E y vitamina K con sus respectivos nutrientes. De igual forma el oro verde, previene el envejecimiento prematuro, ayuda a prevenir enfermedades cardiacas, favorece el aumento de masa muscular, aporta ácido fólico, favorece el crecimiento y refuerza del cabello, ayuda a la pérdida de peso, es magnífico contra el estreñimiento, mejora el funcionamiento cerebral, controla la presión arterial y previene el cáncer; un “súper alimento” en toda regla.

Hoy, la realidad del aguacate es compleja en México en general y en el Estado de Michoacán en particular, donde se concentra la mayor cantidad de aguacates cultivados del mundo. La multimillonaria industria del aguacate se ha convertido en objetivo principal para los cárteles de la droga, éstos incautan granjas y dejan bosques protegidos talados a su paso, para plantar los propios de “oro verde” sustituyendo los bosques autóctonos de pino y encinos por aguacates; un daño ecológico irreparable; sin comentarios.

El narco está cultivando gran cantidad de hectáreas con aguacates primero, para establecer una suerte de “negocio legal” y dentro de ese negocio legal, camuflar las actividades delictivas provenientes de la narcoactividad. Competencia desleal con el precio de los aguacates, el cobro de cuotas extorsivas a los productores por aguacate recolectado, robo de mercancía, robo de maquinaria, secuestro y extorsión; estas son algunas de las ilegalidades que sufren los productores de tierras michoacanas; el tiempo dirá si el Gobierno Federal hizo algo para resolver el problema.

Los empresarios del “oro verde” tienen que proteger sus plantaciones, no solo de las amenazas naturales, también tienen que proteger sus cultivos de los cárteles de la droga, que se han convertido en la plaga más peligrosa. Para coronar el problema, el aguacate de Michoacán es “el único” que tiene certificaciones del Gobierno de Estados Unidos para vender la variedad “Hass”; ellos son los receptores del 43 % del total mundial.

¡Ante esta situación, de constante amenaza de los cárteles de la droga contra los ciudadanos, algunos se han convertido en grupos denominados “autodefensas!”, alrededor de unos 50 grupos de productores y pequeños granjeros se han armado y buscan protegerse de la extorsión, robo, y violencia generada por los señores de la droga.

El futuro del aguacate depende, en buena medida, de la buena gestión de la seguridad en las zonas productoras y de alejar al narco de la cadena productiva y garantizar que los productores gocen de condiciones de libre competencia. Es una situación sumamente compleja; y la solución un acertijo. ¡Aguacate, herencia prehispánica, no debes estar manchado de sangre!

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