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domingo, diciembre 8, 2024

Abandonados e injusticias

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Las políticas o estrategias en seguridad son temas delicados y abandonar a la población precisamente proporciona la sensación de impotencia e indefensión. La seguridad es uno de los principales derechos de cualquier ciudadano. Un gobierno tiene la responsabilidad de garantizar la seguridad de sus habitantes, protegiéndolos de la delincuencia y el crimen. Sin embargo, cuando un gobierno abandona a sus ciudadanos a merced de la delincuencia, se genera un ambiente de miedo e inseguridad que afecta negativamente a la calidad de vida.

No es justo, bajo cualquier tipo de excusa dejar a la gente a expensas de los malhechores, como ha ocurrido con el cierre de postas policiales y resguardos militares en sectores populosos de San Pedro Sula ya que eso provoca daño y puede manifestarse de diversas formas. Podemos entender que, en algunos casos, puede tratarse de una falta de recursos destinados a la seguridad pública, lo que resulta en una policía mal equipada y poco capacitada para enfrentar a los delincuentes. En otros casos, puede haber corrupción y falta de voluntad política para combatir el crimen, lo que hace que los delincuentes operen con impunidad tal como vemos que ocurre en nuestro, extrañamente, eterno problema del sistema penitenciario.

Los efectos pueden ser devastadores. Las personas viven con miedo constante, evitando salir de sus hogares por temor a ser víctimas de la violencia. El comercio y la economía se ven afectados, ya que la gente evita salir de compras o visitar negocios en zonas peligrosas. Además, la delincuencia puede desembocar en problemas de salud mental como estrés postraumático o ansiedad.

Es importante que el Estado tome medida para combatir la delincuencia y proteger a sus ciudadanos, sin discursos, sin avisarles a los malos dónde va a caer el guante. Esto implica invertir en recursos para la seguridad pública, como capacitación para la Policía y equipamiento de calidad. También es importante erradicar la corrupción y promover una cultura de legalidad, en la que se fomente el respeto por las leyes y la justicia.

El delito se puede prevenir, que es lo ideal, por ejemplo, con educación. Cuando las personas tienen acceso a una educación de calidad, se les brinda la oportunidad de adquirir habilidades y conocimientos que les permiten mejorar su calidad de vida, encontrar empleo e incluso emprender. La unidad de las comunidades, la creación de espacios comunitarios, la organización de eventos y la promoción de actividades que involucren a los residentes puede ayudar a fortalecer los lazos y a crear un sentido de responsabilidad colectiva en cuanto a la seguridad. Una clave y es aquí donde la ENEE se debe hacerse responsable y es el deber de proporcionar el bien cobrado y hasta a veces injustamente pagado alumbrado público, una buena iluminación puede ayudar a disuadir a los delincuentes y hacer que los espacios públicos sean más seguros.

Indefensa, y encima de eso la población es abandonada… no entendemos, francamente.

 

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