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viernes, abril 26, 2024

Civismo y tradiciones

Ya septiembre inicia y hemos ya percibido algunos movimientos, en especial de los jóvenes que, de manera tradicional, demuestran su fervor patrio en los desfiles de independencia. Y precisamente el valor del civismo que venimos teniendo debe ser confirmado, amando y sirviendo a la patria, a seguir el ejemplo de sus próceres y la protección a lo que la representa y fortalece como la familia, el medio ambiente, la justicia y la paz.

Apegándonos a las tradiciones, estas son las maneras y costumbres que le dan identidad a un pueblo siendo estas transmitidas de generación a generación. Son cosas que no se deben cambiar ya que ello distorsiona el sentido de identidad. Por ello tampoco por cambiarle nombre a los desfiles patrios por la independencia del Reino de España es algo inmutable, que no se puede borrar por un simple cambio de nombre a una tradición que de por sí lleva implícita su identidad. El celo por las instituciones e intereses de la patria, así como el comportamiento respetuoso del ciudadano con las normas de convivencia pública resume el sentido del civismo y que se recoge en los testimonios de los hombres y mujeres que han engrandecido a la patria y lo siguen haciendo hoy.

Desde nuestros próceres como el padre José Trinidad Reyes, Francisco Morazán, José Trinidad Cabañas, el sabio José Cecilio del Valle, con ellos tenemos testimonios de vida que arrasan con su ejemplo. Es por ello que debemos profundizar en cada uno de ellos para que nuestro país tenga la ruta correcta y no los inventos de pseudopolíticos populistas que quieren arrebatarnos nuestras tradiciones y sentido de pertenencia.

El civismo es la faceta más visible, más práctica, más palpable, de la forma de pensar y actuar de las personas; diríamos que el civismo es la concreción de los buenos propósitos, las buenas intenciones y los sueños de los ciudadanos, porque la sociedad, la ciudad (civitas) es el espacio concreto e ideal para hacer posible, para hacer realidad los planes y proyectos que están en nuestra mente.

Esos planes deben ir en el corazón de cada hondureño, saber reconocer el sacrificio de algún sector de la población en estos tiempos tan difíciles de guerras y delincuencia organizada y que prácticamente ponen el pecho, cuidando a sus hermanos hondureños pero aún quedan alguno resentidos que no entienden que los tiempos han cambiado, por ello debemos ser agradecidos con la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas y los cuerpos de seguridad, del servicio valioso de los Bomberos, Cruz Roja y toda institución que sirve y salvaguarda la vida de los hondureños.

Seguiremos entregando de manera propicia en el Mes de la Patria estas importantes reflexiones para poder compartirlas, a manera de transmisión de tradiciones, a nuestra juventud para que sepa que aquí está el futuro, que ya no se puede andar entre los malos, que nuestros jóvenes deben ser protegidos enseñándoles a amar a la patria y que deben honrarla con estudio y trabajo, ya que solo esas dos maneras enaltecen al ser humano.

 

EditorialCivismo y tradiciones

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