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miércoles, mayo 1, 2024

Zancudos en bicicleta

Viniendo de la chamba, justo al doblar la esquina, está el puesto de ‘ñora Rosa, señora ella luchona y mordaz, pero siempre dispuesta a regalar una sonrisa, y si está de suerte uno, una baleada de más.

Me acerqué con la idea de llevar para la cena un par e inmediatamente me atendió, con su sonrisa eterna adornada con el palmoteo de su profesión.

¿Vio?, me dijo riendo, señalando con la boca la tele, gesto tan típico de esta tierra, que perdió la miss y eso que era una muñequita la muchacha, bonita esa güirra, pero como que pudo más la del sur ¿vaa? Yo no lo vi, le dije confundido, la verdad entre chamba y chamba no me quedó tiempo de llevar la vida de rosa, le dije riendo.  Fíjese, me dijo, que yo, para que la carne se ablande uso una olla de presión que me regaló mi viejo, adentro el calor aumenta y aumenta y creo que eso hace que se cocine mas rápido, aumenta la presión, y para que no reviente, tiene como una salida con un taponcito, que saca vapor caliente, si no, sería un reventón bárbaro. Pues, la chigüina esa y que la sele ganó en la capital, han sido el dichoso taponcito, ya sabe que nosotros los pobres con poquito nos contentamos, me dijo, sacando un vuelto de su delantal. Ya se nos olvidó la tristeza con el gane de la selección, se olvidaron las marchas, las transas y mañas políticas, el orgullo de haber ganado gritado con la canción en el estadio fue suficiente y con la belleza de la güirra, que salía por todos lados como que eclipsó con su luz, cualquier bloque de oposición, eso le da respiro a los que mandan, que ya sentían, que les pumpuneaban la puerta en la casa de la capirucha. Sí, fíjese, eso les ha ayudado, pero todo sigue igual todavía nos toca sudar la gota gruesa, porque entre los sueldos más chupados y la canasta cada día más inalcanzable, como que la vida va más cara, más difícil, medio vivir, no digamos vivir en esta tierra,  para decirle que muchos casi ya vemos zancudos en bicicleta hacernos señas de afuera, para que vea qué grado de angustia con la que vivimos, compa, ya en un par de días, se nos va a olvidar la cara de la güirrita, por muy linda que sea y más adelante vemos cómo nos vuelven a golear en algún campo de por allí, sí maistro, la vida está complicada, cara, peligrosa, dura, huérfanos de leyes y con miedos de a diario, pero ahorita somos felices ¿vaa? Más adelantito, se nos acaba el alegrón y vemos la realidad peluda, vemos la cosa como es y empezamos todos a seguir haciéndole yemas, porque fácil no está ¿vaa? Pero ahorita somos felices, me dijo, ahorita no hay zancudos en bicicleta y eso a los que mandan les alegra.

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