Siempre recuerdo con mucho cariño la invitación en Navidad de una familia en especial. Tocó tanto mi corazón, el par de veces que asistí, ya que realizaban una reunión llena de significado y de detalles que sin duda me dejaron recuerdos memorables.
El primero de ellos, era un escenario que recreaba el nacimiento. Como decimos por acá, con todas las de ley. El niño Jesús, José, María, el burrito, el buey y un sinnúmero de casitas, carros y edificios que simbolizaban la ciudad donde vivían.
Mi abuela hacía eso, siempre tenía un nacimiento debajo del árbol. Lo curioso es que tenía al niño tapado, hasta la hora en que nacía. Es decir, lo destapaba, después de las 12:00 de la noche. Tantas maneras de contar la historia más impresionante, del nacimiento del Mesías en la Tierra, algo que lastimosamente se va perdiendo.
Y este es un detalle que debo reconocérselo a uno de mis clientes, porque me llevó a este punto, ya que en algunos saludos de Navidad se colocaba la frase “Felices Fiestas” y me decía, no, yo quiero que diga “Feliz Navidad”, me dijo. Estamos olvidando el profundo significado de ello, enfocándolo a que es solo una fiesta y en efecto, sus tarjetas dicen Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo.
¿De verdad se nos está olvidando, que Navidad viene de nacimiento? Y lo menciono porque más allá de los regalos, o los tamales, por eso es una reunión en familia. Porque es una oportunidad de que nazcan muchas cosas nuevamente, que quizás, con el pasar del tiempo, se van friccionando.
La cena navideña no se trata de cuántos pollos tengo, o si solo tengo tamales, sino de comerlos juntos. Eso es lo que provoca reconciliación en familias que a veces llevan días sin hablarse. Hay personas que trabajan en tiendas, o comercios que incluso el mismo 24 trabajan hasta tarde. ¡Pero sí o no que uno hace el esfuerzo por el famoso abrazo a las 12:00! ¿Y de qué trata el montón de cohetes de las 12:00?, de que nació Jesús.
Si usted no es una persona de fe, puede verlo como un hecho histórico. Pues nada puede negar, ante tanta prueba, la existencia del mismo. Los estudiosos de la Palabra mencionan también que ni siquiera en esa fecha ocurrió, es cierto. ¡Pero aprendamos a verlo como una oportunidad!
Si a mí me tocara por algún motivo faltar a una celebración, sin duda sería la de año nuevo, pero la familia siempre tiene un lugar especial, y nada como poder compartir un pan, y vernos a los ojos, con los seres que más amamos como lo son nuestra familia.
Me he propuesto, por eso, tomar en serio la observación de mi cliente. ¡Decir Feliz Navidad! Pues es la mejor excusa para acercarnos y sobre todo hablar de un redentor que vino a enseñarnos el amor entre nosotros. No cabe duda que el año finaliza, y con ello hacemos el recuento de las cosas que hemos cosechado y las que no pudimos lograr. Pero lo que no podemos permitirnos es pasar a un nuevo año llenos de rencor, amargura, tristeza y soledad. La Navidad es la oportunidad perfecta para ello.
Mándele un texto a esa amistad deseándole lo mejor (no aplica para ex). Tal vez lleva días sin hablarse con alguien en su trabajo. Pueda que tenga bastante tiempo resentido con sus padres ¡Practique el perdón! Allí, sí, le puedo decir, de eso se trata la Navidad y le garantizo entonces que sentirá en su corazón, por qué le llaman “Nochebuena”.
