Siempre me gustó una historia, de un rey que había mandado a varios pintores a desarrollar en uno de sus cuadros, lo que significaba la paz.
Muchos de ellos crearon cuadros preciosos con paisajes hermosos, calmados. Con playas de lo más pacíficas, donde casi se podía sentir la brisa marina, en cada una de ellas. Montañas maravillosas, y muchas pinturas llenas de tranquilidad.
Salvo una. Era un pajarillo en una rama, acurrucado con sus hijitos cubriéndolos con sus alas. En medio de ello una gran tormenta azotaba.
Lo que intrigó al rey y preguntó ¿Por qué este cuadro representaría la paz? A lo cual el pintor respondió, ¿Ve la tormenta? Este pajarillo tiene la paz interior, de que sabe que está protegiendo sus hijos, y busca a toda costa, transmitirles seguridad. Firmeza.
Esa es la verdadera paz, la que está dentro de nosotros. Cuando conocemos personas con mucha paz interior, que no se quiebran a los primeros problemas, ni se alteran cuando la marea comienza a subir, es gente que se gana nuestra confianza.
Todo líder es lo primero que procura transmitir. Paz, ante las adversidades. Esto hace que su gente, se sienta segura caminando con él.
Hoy día, todos queremos escapar, a sitios y escenarios maravillosos, como los que los otros pintores realizaron, deseando que esos lugares nos regalen o nos contagien de un poco de paz.
Por eso todos amamos ir a la playa. O ir a lugares tranquilos. Sobre todo cuando nuestra vida es un remolino, donde constantemente pasamos de incendio en incendio. ¿Se puede trabajar esa paz interior? Claro que sí.
Pero esa es la clave. Se debe trabajar. Más allá de los conceptos que conocemos sobre como encontrar la paz.
O de una vida de fe que estoy convencido le ayuda mucho en ello, le comparto algunas cosas, si usted está teniendo tormentas en su interior, sin duda pueden ayudarle en ello. Lo primero, tenga una vida de gratitud.
La gratitud, debe ser una disciplina ¡Cuesta que nazca! Pero cuando aprende a entender que muchas cosas, no puede darlas por hecho y debe agradecer por ello, su vida cambia.
Procurar vivir el presente ayuda mucho en ello. Sobre todo cuando tenemos agendas cargadísimas, con mil cosas que sacar, el hecho que usted sepa que el día terminará y que todo está bien, que con esfuerzo y enfoque sale adelante, eso le ayuda a su mente a calmar esos momentos de ansiedad que a veces llegan.
Como suelen decir: ¡Un día a la vez! Algo que también me ayuda mucho, es practicar el desapego. Esto no significa ser conformista o renunciar a personas u objetivos.
Más bien es, entender que las cosas pueden cambiar, pero usted siempre seguirá adelante. Aprende a aceptar las emociones negativas, también es de mucha ayuda.
Es decir ¡Nadie es perfecto! Y reconocer todo aquello que me enoja, me frustra, me decepciona, intentando gestionar esas emociones, suele ser de mucha ayuda.
Cuando negamos lo que sentimos, solo bloqueamos nuestros pensamientos hacia ello, pero las emociones siguen allí.
Aceptar y decir “Está bien, esto me enojó mucho, pero no responderé airadamente” hace un mundo de diferencia.
Prioridades y límites, son importantísimos para esa paz interior. Algunas veces, sobre todo con las personas que están acostumbradas a manipularnos, puede generar conflicto.
Pero nosotros debemos aprender, por nuestro propio bien, a aceptar “Hasta donde” pueden cruzar la línea que hemos impuesto.
Como lo mencioné al principio, la paz interior se trabaja, muchas veces se defiende, pero créame que nos hace ser muy fuertes.