La princesa de Asturias y sus compañeros de primer curso han recogido este martes el arma que les han entregado sus compañeros de segundo.

Títulos de caballero o dama cadete
Este acto interno, uno de los más tradicionales de los que se realizan en la Academia General Militar, se ha significado por ser el primero en el que participan los alumnos de reciente ingreso y porque simboliza la obtención de sus títulos de caballero o dama cadete.
En la actualidad, el empleo del sable se limita a actos y ceremonias solemnes, siendo portado por aquellos que ejercen el mando de las unidades.
Por tanto, su recepción adquiere un primer valor como símbolo del mando que ejercerán en unos años los cadetes que ahora se incorporan a la formación de oficiales.
Así, con la recepción del sable, el caballero o dama cadete asume la función de mando para la que se tiene que preparar. Formalizándose la obligación de abrazar los valores del patriotismo, honor, lealtad y servicio, base de su formación moral, recogidos en el decálogo del cadete.
Por otra parte, y como es tradición, la participación de los caballeros y damas cadetes de segundo curso también ha resultado fundamental en la ceremonia. Dado que, en ellos, como componentes de una promoción más antigua, se deposita la responsabilidad de materializar la entrega de los sables que distinguirán a sus compañeros como futuros oficiales. Dicha entrega se sella, de forma individual, con un abrazo fraternal.
En el desarrollo del acto, los cadetes número uno de las LXXXII y LXXXIII promociones dirigieron sendos discursos en los que destacaron, por una parte, la vida de servicio, dedicación, entrega y abnegación que han elegido, y por otra, el firme compromiso de afrontar la dureza de la vida militar con el propósito convertirse en los oficiales que inspira el “espíritu de La General”, elemento común y de cohesión de todos los oficiales formados en la Academia.
