Mencionando un poquito a Gandhi y aquello que decía acerca de cuidar nuestros pensamientos porque se volverán actos y cuidar nuestros actos porque se volverán hábitos o costumbres y estas costumbres formarán nuestro carácter, parece importante cuidar nuestras costumbres para que no se conviertan en malos hábitos.
Y tratando precisamente de entender cuáles son los principales malos hábitos de la gente, hace algún tiempo hicimos una pequeña encuesta en nuestra página de Facebook (Emy James-Psicóloga) y encontramos que la mala costumbre de desvelarse ocupa el primer lugar y el segundo, la de no tomar agua de manera regular. La parte buena es que las personas están conscientes de esta conducta y ese el primer paso en el camino de dejarla atrás si es que eso es lo que queremos. Tomar consciencia.
Estar conscientes por ejemplo de que no estamos durmiendo las horas que necesitamos (esta cantidad va a depender de cada uno, algunos necesitan hasta nueve horas de sueño ininterrumpido para funcionar correctamente al día siguiente, otros con siete están súper bien. Cada uno conoce su organismo).
Segundo paso será buscar una motivación que sea la que nos empuje por este camino. Saber que si duermo las horas que necesito me ayudará a estar menos irritable durante el día, que mi memoria funcionará de una manera óptima, que andaré con más energía, de mejor humor y que de paso estaré cuidado mi sistema inmunológico, es bastante motivante cuando intente comenzar a dormir lo que necesito.
Desde luego que con la motivación no bastará, también necesitaremos de un tercer aliado que será, nuestra fuerza de voluntad.
Muchos estudios e investigaciones han dejado claro que 21 días sin interrupciones son suficientes para comenzar con nuevas conductas y dejar atrás prácticas indeseadas. Pero, si emprendemos esta ruta de los 21 días y fallamos en algún momento, no hay que desanimarse, solo debemos retomarlo todo desde cero, comenzar de nuevo y así.
Suponiendo que lo que sucede es que me estoy desvelando demasiado, necesito ponerme la meta de acostarme temprano y para esto comenzaré por crear un ambiente plácido cuando llegue la hora de dormir, apagaré las luces de la habitación, dejaré una lamparita encendida, mi libro de turno en la mesita de noche (ah porque, leer antes de dormir es muy relajante), apagaré el televisor y dejar el celular lejos del alcance, tal vez dejarlo cargando en la cocina. A menos que uno sea médico, no lo necesita cerca y mucho menos encendido, cuando hacemos esto, dormir con el teléfono encendido, nuestro subconsciente no termina de descansar porque está pendiente de cualquier correo, mensaje o llamada que podría entrar, aún si tenemos el dispositivo en modo silencioso, estaremos pendiente de él de manera inconsciente.
Procuremos también disfrutar de este nuevo hábito porque si no es así, solo estaremos perdiendo el tiempo, la frustración entrará en escena, y quedará en el olvido. No se trata de nuevas dietas ni rituales temporales, se trata de que, por la salud de nuestro cuerpo y el bienestar de nuestra mente, logremos crear un nuevo estilo de vida.