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Honduras
viernes, mayo 9, 2025

SIN VENDAS: Solo aquí

Jesús Pavón

Cuando la doña me mandó a comprar una bolsa de espaguetis para el almuerzo, me encontré con los de siempre en la pulpe y, como buenos catrachos, discutiendo del país.

Pues, dijo Pin, el típico paisano gordito por las chelas y quemado por el sol, solo aquí vemos que votamos por una y terminó mandando otro, eso sí es único, una verdadera catrachada, a ver si en otros lados votan por uno y termina otro mandando, nambe, dijo, ¡los mandan a los dos de viaje! Sí, dijo Juango, el intelectual del barrio, solo porque trabaja en una librería y se las tira de seguidor de boina y estrellita roja; solo aquí se ve, dijo algo mosquiado, que se esperen hasta que alguien con cola entregue el poder para entoletarlo en país ajeno, como que aquí no agarraron yemas, dijo con su sonrisa algo irónica, supongo, por estar peleando calenturas ajenas o colores políticos pasados, eso es la puritita verdad, dijo, y si no me creen hagan historia, ¡solo aquí se ve!

Bueno, dijo Leo, el más pesimista de todos, será porque fue cobrador de un banco o “gestor de cobros”, como dice él, el colmo es que aquí es el único lugar que se conozca en donde el pueblo espera que los que mandan le resuelvan la vida a uno, si no lo han hecho en más de cien años y seguimos creyendo en eso, nos dan atolito a diario y para nosotros superarnos es conseguir un puestecito recomendado de 4 añitos para hacer billete, dijo serio, seguimos creyendo en curas milagrosas y santos que orinan, ¡solo aquí vemos eso!

No, dijo Chombo el pulpero, político de corazón y pulpero de profesión, ustedes están más perdidos que chicharrón en sopa de mariscos, este país ha estado patas arribas, es cierto, se fueron unos de reputación dudosa y algunos hasta guardados están en otras tierras, pero vinieron otros prometiendo leche y miel, también de reputación difícil, algunos de ellos y hasta ahora solo hemos visto que le cambiaron el color a la bandera y fueron al Vaticano, mientras los que se quedaron se están matando por la milonga, eso es cierto, la cosa no pinta bien, los que tienen empleo que lo cuiden y los que tienen su negocio o son de coyol quebrado coyol comido, cada día se les hace más cuesta arriba la papada, así que ahorren porque se pone más fea la sopa.

Si aquí antes compraban muchos una libra de frijoles y arroz y un pollo a la semana y ahora con suerte a la quincena la mitad, no se sabe para dónde vamos, se teme que los nuevos nos lleven a ser como otros países de corte diferente donde hace cola uno para comprar papel paraca, pero la opción que hemos tenido era uno donde el de arriba no deja prosperar al pobre para poder estar arriba y aun así de acostumbrados hasta normal lo vemos, solo aquí se ve eso como si fuera bueno eso.

Y entonces, le dije, ¿qué aconseja usted? Pues, dijo él luego de pensarlo un buen rato, lo que ocupamos aquí, primero, es que llegue alguien que se preocupe por nosotros, que tenga ganas de hacer el cambio, que no venga a regalar bolsas de comida y abrazos falsos, que nos diga más bien dónde tenemos y cómo debemos de echarle para jalar la carreta, que nos haga creer en nosotros, no en un tata del gobierno que venga a ofrecernos cosas, como un San Nicolás de la política, para uno con que haya salud sin engaños y carencias, trabajo digno donde se nos pague lo justo y educación para que los güirros no sigan tan redondos, es suficiente.

Eso espero yo, por lo menos, pero seguimos rumiando sueños de vacas políticas, políticos añejos que durante décadas no han hecho nada y aun votamos por ellos sin dar cabida a nuevas ideas, solo los mismos viejos pleitos de siempre y aun así creemos en ellos ¡solo aquí se ve eso!

Nambe, si aquí somos o muy inocentes o muy no sé qué para seguir creyéndoles a los que sean. Aquí lo primero que tenemos que hacer es pensar en los güirros, ellos son el futuro, que le quiten el plástico al cerebro y empiecen a pensar como catrachos, nosotros ya estamos fregados tan embutido tenemos el seso de esas políticas rancias que el que llegue solo a pelear la marmaja llega, solo a pensar en el partido y cómo hacer para llenar la panza de amigos, familia y conectes partidarios y se les olvida que aquí vive un montón de gente, no solo los correligionarios, que el país se llama Honduras y no tal o cual partido. El futuro es la clave, dijo muy serio, esos cerebros jóvenes son el semillero y las esperanzas, que aprendan a ser catrachos primero, luego ellos, y así veremos cambios.

Me quedé callado, meditando lo que dijo el hombre y pensé que tenía razón, que se oía perfecto y que de verdad así debería ser, pero sabía que no estamos preparados aún, solo aquí, me dije, sabemos el remedio, ¡pero seguimos con la enfermedad!

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