Una nueva batalla por los derechos musicales de Taylor Swift se avecina. Según el medio Page Six, los masters de los primeros seis álbumes de la cantante han vuelto a estar a la venta, y una posible negociación millonaria está en curso.
Esta situación reabre un capítulo controversial en la carrera de Swift, quien ha luchado abiertamente por el control de su catálogo musical original.
El reporte indica que Scooter Braun, empresario y antiguo propietario de los masters, estaría presionando a Shamrock Capital —empresa que se los compró en 2020— para que los revenda a la propia Swift.
La cifra que se maneja para esta posible transacción es astronómica: entre 600 millones y 1.000 millones de dólares, lo que subraya el valor comercial y simbólico de estas grabaciones.
Taylor Swift, que ha estado regrabando sus álbumes bajo el sello “Taylor’s Version” como respuesta a la pérdida de control sobre sus obras originales, podría verse beneficiada financieramente si logra recuperar los masters.
Según Page Six, la recompra permitiría que sus ingresos «aumenten exponencialmente», ya que el lanzamiento de las nuevas versiones también impulsa el consumo de las originales.
Este fenómeno, en el que tanto las versiones regrabadas como las originales ganan relevancia simultáneamente, ha sido evidente con cada nuevo lanzamiento de «Taylor’s Version».
Álbunes como Red (Taylor’s Version) y 1989 (Taylor’s Version) no solo han dominado las listas, sino que también han revivido el interés por las versiones anteriores, a pesar del boicot de Swift hacia ellas.
Cierre al conflicto
El interés de Braun en facilitar esta venta sugiere una posible intención de cerrar definitivamente este conflicto que ha sido mediático y emocional para los fans y la artista.
Sin embargo, no está claro si Shamrock está dispuesta a ceder los derechos, dado el valor creciente del catálogo en el mercado musical global.
De concretarse la operación, sería un giro histórico en la industria, no solo por la cifra récord, sino porque marcaría el regreso del control artístico a una de las figuras más influyentes del pop actual.
Para Taylor Swift, podría significar la reivindicación total de su obra y un cierre definitivo a una etapa conflictiva de su carrera.