28.1 C
Honduras
martes, mayo 6, 2025

Sara enseñó que no estamos preparados

Cada año Honduras es evaluada por los fenómenos naturales, en esta ocasión fue por la Tormenta Tropical Sara, que demostró lo vulnerables que somos ante estos fenómenos.

Las personas están habituadas a la ausencia de apoyo gubernamental, por lo que de alguna manera están conscientes, si ellos no salen de las zonas afectadas por si solos o con ayuda de la misma comunidad perecerán.

Muchos lo hacen a tiempo, otros esperan hasta que el agua inunde sus humildes hogares, para finalmente huir.

Las carreteras principales son proclives a derrumbes, los puentes colgantes son arrastrados por la fuerza del temporal, la gente queda incomunicada en las zonas rurales con las crecidas de los ríos, no están preparados para enfrentar esto, si no fuera por la propia astucia de sus habitantes ya hubiesen desaparecido.

Sin embargo, cuando suceden este tipo de hechos, es frecuente ver en los medios de comunicación a las autoridades, que cuando llegan no llevan ayuda necesaria, solamente van a inspeccionar los hechos, sin un plan establecido.

El puente Soapín que comunica La Ceiba con Tocoa colapsó 40 metros, este ya había sido reparado por daños ocasionados por los huracanes Eta y Iota, en los años 2020.

Estas reparaciones son cuestionables, porque la infraestructura no resistió precisamente donde habían hecho las reparaciones.

Ahora, se encuentra fuera de servicio y las autoridades no han dicho cuando lo rehabilitarán.

Honduras se caracteriza por pedir préstamos y esperar donantes para construir o reparar ese tipo de infraestructura, sino recordemos el puente La Democracia, que en el año 2009 colapsó con el terremoto 7.1 grados en la escala de Richter, fue hasta que el gobierno japonés lo restauró en el 2014 que volvió a funcionar.

Somos un país extraño, si los donantes y los países que financian los proyectos no supervisan las obras, no se hacen.

Durante el paso de la tormenta Sara, los pobladores hacían un llamado para dar recursos a organizaciones como el cuerpo de bomberos que no tenían ni para el combustible, lo que les imposibilitaba llegar a ciertas zonas.

La situación se vuelve compleja los días que siguen, muchos quedan en los albergues improvisados, donde prácticamente la mayoría duermen en el suelo y están expuestos a los criminales, a la falta de higiene, esa es otra consecuencia de la falta de preparación.

Estas personas generalmente se instalan varias semanas para luego regresar a sus hogares, donde encuentran abandono y desolación.

Las zonas afectadas, las urbano marginales y las rurales son visitadas por los políticos en busca de votos en época de campaña, luego de esto las colocan en el olvido, hasta que una noticia como la tormenta Sara les recuerda que esas comunidades que ellos ignoran están sufriendo y aun así siguen indolentes.

Según el Índice de Riesgo Climático Global, Honduras ocupa el segundo lugar cómo país más afectado por el cambio climático.

“Honduras es altamente vulnerable al cambio climático, incluidos los fenómenos naturales extremos y los cambios de evolución lenta como el incremento de las temperaturas o la degradación de los bosques, que afectan a importantes sectores económicos y a la sociedad, especialmente a las poblaciones pobres y vulnerables” (World Bank Group. 2023).

Sara ha sido benevolente comparado con otros fenómenos naturales como el huracán Mitch, el Eta y el Iota, pudo haber sido peor, pero gracias a Dios, Sara se fue de Honduras, ya debilitada dejando el recordatorio de que no estamos preparados para manejar este tipo desastres humanitarios, en una población vulnerada por el hambre y el abandono.

- Publicidad -spot_img

Más en Opinión: