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lunes, abril 29, 2024

San Pedro Sula un alma para el arte y la cultura

Quijotesco e imprescindible para una ciudad como San Pedro Sula tener un alma que refleje la belleza natural que la rodea. Debe impregnarse de la cultura que nos brinda el arte a través de sus diferentes manifestaciones, como el teatro, la pintura, la música clásica y la escritura. Los sampedranos tenemos un reto importante: trabajar para que nuestra ciudad no solo sea una infraestructura, con edificios, puentes y bulevares. Debemos nutrir el alma de nuestra querida ciudad, poner el talento de cada habitante al servicio del arte y la cultura.

Luchar contra los molinos de viento, que son principalmente la indiferencia y la falta de un liderazgo positivo para la niñez y la juventud, que se intoxican con una cultura basada en la apariencia, alimentada de pseudo arte que invitan a usar alcohol y narcóticos, y convierte a la mujer en un objeto sexual, normalizando este tipo de conductas que promueven la degradación del ser humano e incentivan la violencia.

Los sampedranos consumen el equivalente a la “comida chatarra” en lo que a cultura se refiere. Las élites de artistas y promotores culturales que tratan de incentivar los buenos hábitos no tienen los recursos económicos y técnicos para llegar a la masa, que absorbe sin querer aquello que no fomenta su intelecto, convirtiéndolos en personas con bajo interés en fomentar el bien común, entrando en la corriente del “sálvese quien pueda” sin importar el prójimo.

Los momentos de reflexión, que dejamos pasar por el ruido desenfrenado que ahoga a nuestra ciudad, nos hunden en el vaivén de un círculo vicioso. Promover espacios que alimenten el espíritu, impulsando una cultura que dignifique al sampedrano es todo un desafío que solo asumen los valientes, aquellos hombres y mujeres que miran más allá del momento, que comprenden la diferencia entre inversión y gasto. Ir a disfrutar de un concierto de música clásica abre las puertas a otra dimensión, llena de vitalidad y conocimiento, una experiencia que nutre tanto nuestro cerebro como nuestra alma.

Es triste ver cómo se promueven eventos con temas nocivos para la juventud y son patrocinada por el sector público y privado con tal de ganar adeptos. Los líderes y lideresas que manejan presupuestos para apoyar la cultura y no lo hacen tienen una gran cuota de responsabilidad por su inacción.

Contrarrestar los antivalores que nos alejan de convertirnos en personas solidarias y empáticas, puede lograrse a través de la apreciación de la pintura, un arte tan importante y reivindicador del espíritu, muy pocos saben apreciar la obra de un maestro pintor o pintora, o son capaces de disfrutar de un poema o un cuento que narra nuestro contexto como hondureños o va más allá y nos inspira a comprender otras culturas.

¿Cuántos han visitado un museo apoyando lo que encierra y promueve el respeto por la dignidad humana? ¿Qué debemos hacer para no dejar caer el amor por las letras, por la pintura, por el patrimonio cultural y la historia?

Es hora de impulsar la cultura, de buscar el desarrollo integral de San Pedro Sula, patrocinar eventos que fomenten la autoestima, la capacidad de expresión y creatividad. Necesitamos que todos, incluso aquellos que disfrutan de lujos por pertenecer a una clase privilegiada, vean más allá y entiendan que la inversión en lo intangible es fundamental para construir una ciudad saludable y próspera.

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