32.3 C
Honduras
viernes, abril 26, 2024

¿Quién podría arruinarlo?

Probablemente ha pasado ya algún tiempo sin que pensemos en aquel niño o niña que fuimos.

La próxima vez que dediquemos un momento a retroceder en el tiempo, tratemos de recordar qué es lo que soñaba ese pequeñito con ser o hacer cuando fuera grande. Muchas veces ahí está la respuesta a nuestra pregunta sobre qué es verdaderamente lo que deseamos hacer en este corto lapso por el mundo.

Algunos bailábamos frente al espejo soñando con ser un famoso cantante, bailarín o una actriz. Otros se la pasaban construyendo con lo que se encontraran, los amantes de la comida querían aprender a prepararla, los pequeños maestros estaban por todas partes corrigiendo o informando a los hermanitos menores, había quien pintaba y dibujaba a todas horas, otros les vendían hasta los calcetines a sus tíos y primos en sus mini tiendas, los que hacían música andaban por todos los rincones, algunos se encargaban del entretenimiento y las risas de la familia, otros soñaban con jugar al fútbol en estadios repletos de aficionados, en fin… lo más normal en esa etapa era soñar en grande.

Seguramente aquí encontraríamos la raíz (o al menos una de las raíces) de la insatisfacción generalizada de hoy en día: no estar involucrados con esas cosas que amamos.  Y por muy trillado que suene; tal vez no es demasiado tarde como preferimos pensar.

Es muy poco lo que el entusiasmo, determinación, constancia, motivación y fuerza de voluntad, no hayan logrado. Si ya nos hemos decidido de una vez y por todas, a vivir y dejar de simplemente existir y, por alguna razón, nuestros ánimos caen nuevamente, entonces probemos dormir esas siete horas seguidas, desconectarnos por ratitos del mundo, escuchar buena música, tomarnos diez minutos para hacer absolutamente nada, meditar, comer bien, permitir que nos dé unos minutitos de sol, atender los pendientes, tomar agua y agradecer a diario, por todo.

Estar bien significa que llevamos una vida placentera, gratificante y transcendental lo que significa que nos damos nuestros gustos, explotamos nuestros talentos naturales, ya le hemos encontrado el sentido a todo esto y que, de alguna manera, algo de nosotros se quedará por acá, cuando ya no estemos.

Asegurémonos también de estar rodeados de las personas correctas, esas que son la razón de nuestras alegrías y seamos lo mismo para ellas.

Si ya hemos decidido ser felices, ¿quién podría arruinarlo?… Absolutamente nadie.

Emy James
Emy James
Emy James, psicóloga y Máster en Educación, escritora a nivel profesional. Trabaja en teatro y radio y es también docente.
- Publicidad -spot_img

Más en Opinión: