San Pedro Sula. La Policía Nacional de Honduras informó este lunes sobre el rescate de cinco menores de edad, quienes se encuentran en estado de vulnerabilidad de derechos.
Información preliminar destaca que el operativo fue llevado a cabo por funcionarios de fronteras, especialistas del Grupo de Operaciones Especiales Tácticas (GOET).
Asimismo, en apoyo de la Dirección Nacional de Prevención y Seguridad Comunitaria (DNPSC), asignados al punto de control fronterizo interno de Tepemechin, La Entrada, Copán.
De acuerdo al reporte policial, los menores viajaban en una unidad de transporte sin el acompañamiento de sus padres.
Por esa razón, los agentes policiales realizaron las coordinaciones correspondientes para salvaguardar la seguridad de los menores, siendo remitidos a la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (DINAF).
La Policía Nacional de Honduras invitó a la población a interponer denuncias ante cualquier anomalía mediante el sistema nacional de emergencias 911.
Honduras: Un país violento para la niñez
Las pandillas aprovechan la falta de oportunidades en Honduras y una legislación que impide imputar penalmente a niños para reclutarlos y entrenarlos en el uso de armas, el tráfico de drogas o la extorsión, alertaron expertos, que pidieron una mayor protección de la niñez.
Las maras “se dedican a convencer de una manera engañosa y, muchas veces, bajo amenazas a niños, niñas y adolescentes para que realicen actividades de manera progresiva dentro de la organización”, dijo Rodrigo de la Barra, oficial de Protección de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en Honduras.
Las pandillas se presentan como buenos amigos
Grupos formados por jóvenes y adultos conocidos como “maras” dominan algunos barrios de Honduras con un ‘modus operandi’ basado en el asesinato, la amenaza y la persecución.
De la Barra indicó que el reclutamiento de niñas “es alarmante” en Honduras, donde muchas de ellas son “forzadas a ser parejas de los integrantes de esas bandas”.
En su opinión, las maras se presentan como “buenos amigos” de los niños y adolescentes, a quienes “poco a poco van involucrando en sus actividades”.
Esos grupos están reclutando a menores aprovechando “la desatención” que sufren y que las leyes de Honduras, impiden que los hechos cometidos por éstos puedan ser procesados como delitos penales, añadió.
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Cabe mencionar que Honduras vive una situación de violencia “bastante compleja” que causa la muerte de al menos 60 niños y jóvenes al mes.