PUERTO CORTÉS. – A intensas faenas están sometidos los pescadores de este puerto y Omoa debido al aparecimiento de una fuerte “flota” de pargos y cabos de año, al extremo que las canoas y lanchas no se dan abasto para recoger tantos ejemplares.
Veteranos pescadores aseguran que la presencia de estas codiciadas especies y cuya libra en el mercado de mariscos del barrio El Porvenir se cotiza entre 60 a 45 lempiras, ya han hecho su aparición en las llamadas “puntas de Omoa” y en sector de Boratex, a pocas millas adentro del sector garífuna de Travesía.
Los faenadores salen del puerto y regresan desde la tarde del pasado viernes pasado luego del avistamiento de este pez que llega al Mar Caribe hondureño huyendo de las aguas heladas de Norteamérica.
La mayoría no revela dónde está fácil atraparlos, pero sí se advierte que hacen “viajes tras viajes”, aprovechando el movimiento de luna.
“El pargo es goloso y cuando asoma la luna su voracidad crece y es entonces cuando apenas el cordel llega a su territorio, sientes el golpe seco que te avisa de la picada y luego puedes calcular hasta el tamaño. La batalla es breve, apenas unos segundos, tal vez minutos”, asegura Manfredo Toledo, uno de los pescadores consultados.
Se espera que en el curso de la presente semana la actividad de pesca del pargo se intensifique con el cambio a “luna llena” para lo cual se han preparado con neveras, hielo, buenos cordeles, motores y toda la logística que se requiere para aprovechar este “aguinaldo anticipado” que aún concede la naturaleza.
En condiciones normales, los pargos que habitualmente hay en los bancos de los Cayos Zapotillos pesan cerca de una libra o un poco más, sin embargo, ya se ha detectado que los que están bajando del norte son de cuatro a seis libras o más.
PARA SABER
Para los pescadores, la llegada de pargos y cabos es una bendición que tradicionalmente aparece en esta temporada. Una vez que concluya esta flota, todavía esperan una más en diciembre, entre Navidad y Año Nuevo.
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