Redacción. En internet circula una historia que está conmoviendo a miles de personas, se trata de Javier Acosta, un hombre que decidió someterse a la eutanasia tras una larga lucha contra varias enfermedades.
Acosta, quien quedó en silla de ruedas hace nueve años debido a un accidente de tránsito que le privó de la movilidad en sus piernas, enfrentó múltiples desafíos en su salud.
Años después, contrajo una bacteria en una piscina, lo que le provocó llagas en su cuerpo y complicaciones en el hueso del glúteo izquierdo, requiriendo varios procedimientos médicos.
Sin embargo, el golpe más duro vino hace algunas semanas cuando le diagnosticaron un cáncer en la sangre, acompañado por un ganglio en la cabeza, lo que precipitó un rápido deterioro de su estado de salud.
Por esa razón, el hombre decidió aplicarse la eutanasia procedimiento está programado para el mediodía del próximo viernes 30 de agosto.
Una última e importante petición
Tras conocerse la decisión, Acosta dio a conocer su última petición, encontrar un buen hogar para su mascota, “Negrita” una perra que lo ha acompañado por mucho tiempo.
La fundación “Adopta un Buen Amigo Chan” lanzó una emotiva campaña en sus redes sociales para encontrar un nuevo hogar para Negrita.
La carta revela la profunda conexión entre Javier y Negrita, destacando cómo ambos se salvaron mutuamente durante años de compañía incondicional.
Este mensaje ha tocado el corazón de muchos, quienes han respondido con solidaridad y empatía.
La historia, que ha generado un gran impacto en las redes sociales, es un recordatorio del profundo amor que puede existir entre un ser humano y su mascota, y cómo, incluso en los momentos más difíciles, ese amor se manifiesta en los gestos más nobles.
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Emotiva carta
“Papito @rolomillos_13 , te escribe tu negrita creída, la luz de tus ojos y tu compañera fiel, Katy”, inicia comentando la carta.
Asimismo, agrega: “Hoy solo quiero agradecerte por haberme escogido como tu compañera de aventuras, ambos nos hicimos compañía y no sé si yo te salvé a ti o tú a mí”.
De la misma manera, cuenta: “Compartimos tantos momentos, risas, sueños, paseos en carro, los partidos de fútbol que no perdíamos sentados en el sillón de la que fue nuestra casa”-
“También fui tu compañera de lucha, te acompañé en tu mejores pero también en tus peores momentos, pero siempre tenías caricias para mí por más dolor que tu cuerpo tuviera”.
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