“La ironía de Winston –mensaje del amigo del Think-tank– es magistral”. “Ahora, si esos son “lobos de la misma loma”, acá ¿serían monos de la misma rama?”. Alusivo a la conversación de cierre: (Para que veás –tercia el Sisimite– esas bañadas entre compadres. Si más bien el trío negociador (el brasileño, el colombiano, y el mexicano que va rumbo a otro “Leviatán de Leviatanes”, para dejar chiquita la dorada época de la “dictadura perfecta” del PRI) lo que quieren es embrocar a los opositores que ganaron las elecciones en Venezuela a otra plática inútil con los que perdieron –igual a todos los otros diálogos fracasados que tuvieron en el pasado– permitiendo a la autocracia eternizar.
Darle todo el espacio necesario que le faculte ganar tiempo, oxigenándose, en pláticas mentirosas –mientras espanta, atemoriza, reprime, golpea, encarcela, destierra y asesina venezolanos– hasta conseguir que la “preocupada comunidad internacional”, por cansancio, aburrimiento, abulia, desinterés o impotencia, incapaz de hacer algo de ver, dé la espalda a las atrocidades y voltee a ver a otro lado. -Es que –ironiza Winston– las apariencias engañan. ¿Y vos que pensabas, esos eran lobos de la misma loma? Moraleja: Las dictaduras no consienten la caricia de las verdades, ni siquiera que el aire los roce.
-¿Y supiste –vuelve el Sisimite– que el mexicano anunció “una pausa” en las relaciones con los embajadores de Estados Unidos y Canadá, por sonar las alarmas sobre la reforma judicial en curso para someter el poder jurisdiccional a control del Ejecutivo? -Ajá –ironiza Winston– y ese celo por la “no injerencia”, ¿qué pasaría que no dijo ni pío cuando Trump lo amenazó con sanciones arancelarias si no detenía de tajo las caravanas de inmigrantes, lo obligó a negociar otro TLC más desventajoso para México y repetidamente lo increpaba que de ahí se cobraría el costo del muro fronterizo que estaba construyendo?).
Ya que se están sacando los trapitos al sol, esta fue la repuesta de Petro en su cuenta social X: «Nos ha llamado «arrastrados» Daniel Ortega, solo porque queremos una solución negociada, pacífica y democrática en Venezuela”. “Tal insulto me permite contestarle: Al menos no arrastro los derechos humanos del pueblo de mi país y menos los de mis compañeros de armas y de lucha contra las dictaduras».
A propósito del regreso de la “dictadura perfecta” mexicana a que nos hemos referido en varios artículos, esto escribe una leída columnista de un rotativo de ese país: “Ahora, en el ocaso de su mandato, AMLO parece determinado a cerrar el círculo de la misma manera que lo abrió: con decisiones unilaterales que buscan reafirmar su poder, sin importar las consecuencias”. “Las reformas propuestas en el último tramo de su Gobierno, particularmente la judicial y la que busca desaparecer organismos autónomos, son el equivalente al “manazo final” de su administración”.
“La propuesta de reforma al Poder Judicial –sigue opinando– no es solo un ajuste administrativo, es un intento de socavar la independencia de uno de los pilares fundamentales de cualquier democracia”. “Al buscar modificar la estructura y funcionamiento del Poder Judicial, AMLO no solo trata de dejar una marca indeleble en el sistema de justicia, sino que también envía un mensaje claro sobre su visión del poder: concentrado, sin contrapesos efectivos”.
“Por otro lado, la iniciativa para desaparecer diversos organismos autónomos representa un ataque frontal a las instituciones que han sido fundamentales en el proceso de democratización de México”. Estos, creados para fungir como contrapesos y garantizar transparencia en áreas críticas, están siendo sacrificados en el altar de la “austeridad” y la “eficiencia”, cuando en realidad lo que se busca es concentrar aún más el poder en el Ejecutivo”. “El daño a la reputación internacional de México, la incertidumbre jurídica para inversiones y el debilitamiento de los contrapesos democráticos son heridas que no tomarán años, sino décadas en sanar”.
“Sus acciones al inicio y al final de su mandato revelan una adhesión a las viejas prácticas del presidencialismo autoritario que tanto criticó”. (Fin de las citas). (Te cuento –tercia el Sisimite– que ahora no solo es la incómoda “injerencia” del embajador del imperio allá en México, sino que el criterio del Departamento de Estado. Y la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado: «Nos alarma que varias otras reformas constitucionales actualmente en discusión puedan contradecir los compromisos asumidos en el Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC), cuya revisión está programada para 2026».
-O sea – interviene Winston– AMLO en su mañanera dijo que esperaba una rectificación de los embajadores, y que, para eso, para que se arrepintieran, era la pausa en la comunicación con la embajada. Pero que las relaciones diplomáticas con Estados Unidos y Canadá, “con los amigos y vecinos norteamericanos, seguían fluidas y normales”. ¿Ajá, y si no solo es cosa de embajadores sino el criterio de los gobiernos estadounidense y canadiense, la “pausa” en la relación sería a nivel de gobiernos? -Tremendo rollo –interrumpe el Sisimite– el que hereda la Claudia Sheinbaum. -¿Vos crees? – suspira Winston– si ella está feliz que le dejen ese poder absoluto. ¿Y no son lobitos de la misma loma, pues?).