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viernes, enero 17, 2025

¿Paños tibios?

De momento fue suficiente la amenaza, pero a punta de chichotes la Sheinbaum va ir aprendiendo que Trump no anda con paños tibios.

Como hizo con AMLO que tuvo que negociar –cuando le suspendieron el TLC que estaba vigente– tragando gordo, sin decir ni pío, un nuevo tratado más desfavorable a México, para pagar el costo de la construcción del infame muro fronterizo; convertir su territorio en “tercer país seguro”, bajo el programa «Quédate en México» que obliga a los solicitantes de asilo en los Estados Unidos permanecer en suelo mexicano, o en caso que hayan cruzado la frontera, regresar allá a pedir albergue en algún piojoso cuchitril, durante la larga espera hasta que se resuelva su situación legal; echarle la guardia nacional encima a los migrantes para pararlos en seco y destartalar las caravanas.

Ya cuando entraron los demócratas, más complacientes, fue tomándoles el pulso y comenzaron las golillas.

Pudo desairar al inquilino de la Casa Blanca, negándose acudir a una cumbre de la que era anfitrión, sin mayores consecuencias.

Semanas después recibió unos emisarios del imperio que fueron a buscarlo para abordar
asuntos de la relación bilateral, enfatizando el asunto migratorio.

En el marco de la Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), en San Francisco, California, sostuvo una reunión bilateral con Biden, en la que se comprometieron a “trabajar codo a codo para enfrentar el tráfico ilícito de fentanilo hacia EE. UU. y gestionar el creciente número de migrantes que viajan hacia la frontera entre sus naciones”.

Sin embargo, ni se detuvo el ingreso de fentanilo ni el de los migrantes a los Estados Unidos. Ahora, están advertidos.

“Firmaré todos los documentos necesarios –amenazó Trump– para cargarle a México y Canadá un arancel del 25% en todos los productos que entren a los Estados Unidos, y su ridícula frontera abierta”.

Este arancel (tarifa de introducción a sus exportaciones), permanecerá en efecto mientras esa droga, particularmente fentanilo, y todos los ilegales alienígenas detengan la invasión de nuestra frontera”.

La primera reacción de la Sheinbaum –cuando Moody´s rebajó el pronóstico de crecimiento de la economía mexicana– fue enviarle una cartita. Le participa que, si le encaraman un arancel, México pondrá otro en respuesta, como si ello fuera cosa que vaya a poner a temblar al republicano.

Le recuerda que eso pondría en precario las principales exportaciones mexicanas de vehículos ensamblados por General Motors, Stellantis y Ford Motors Company, que llegaron a México hace 80 años.

¿Y no será precisamente eso lo que quiere Trump, que regresen esas empresas
que se fueron, a instalarse nuevamente a los Estados Unidos, y produzcan allá? Igual sería, para detener la inundación al mercado norteamericano de artículos producidos por las empresas chinas que se han ido con el “nearshoring”, a ubicar en México.

Sobre el fentanilo escribe la Sheinbaum: “Las armas no las producimos nosotros, las drogas sintéticas no las consumimos nosotros. Los muertos por la delincuencia para responder a la demanda de drogas en su país, lamentablemente los ponemos nosotros”. (Alguien le ha de haber aconsejado que eso lejos de hacer reflexionar al republicano más bien más lo va a irritar).

Inquieta por el contenido de su misiva, optó por llamar a Trump, solo que ambos dieron versiones distintas sobre lo platicado: “México –divulgó Trump– impedirá ahora que la gente venga a nuestra frontera sur”. Sheinbaum acordó detener la migración a través de México hacia Estados Unidos y ‘cerrar efectivamente nuestra frontera sur’.

“México –salió Sheinbaum con su propia versión, explicando que hablaron sobre qué hacer para detener el flujo de drogas– no va a cerrar su frontera”. (Pues te cuento –entra el Sisimite– acaban de disolver dos caravanas que iban rumbo a la frontera norte. -Pues –
tercia Winston– no solo dos. Desbarataron otra más grande de unos mil 300 peregrinos de varias nacionalidades, que avanzaba por Chiapas, este fin de semana.

Los viajeros se quejaron que los montaron en buses, diciéndoles que los llevaban a ciudad de México y fueron a parar sepa Judas en qué otro apartado rincón.

Otros dicen que el INM entregó, a los que estaban exhaustos y lastimados de la caminata, un salvoconducto válido por 20 días para que pudieran seguir por su cuenta. (O sea, se trata de esconder las imágenes de las caravanas, ya que el bulto es lo que enciende las alarmas en Mar-a-Lago, y que cada peregrino errante agarre su camino).

-Bueno –vuelve el Sisimite– las órdenes se cumplen no se discuten: “firmes… de frente, ¡ar!” a marchar se ha dicho).

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