PUERTO CORTÉS. – La oferta laboral para optar a dos cargos, uno ejecutivo de ventas
y otro como jefe de tienda de un negocio a establecerse en esta ciudad próximamente, movilizó a más de un centenar de jóvenes que, con esperanza, entregaron sus hojas de vida a los entrevistadores.
Los jóvenes de diferentes edades acudieron bajo el atractivo llamado de una Feria del Empleo en el interior de la Cámara de Comercio e Industrias de Puerto Cortés.
Buscar trabajo en el puerto se ha convertido desde hace algunos años en uno de los principales problemas que está afectando a miles de jóvenes.
Desde tempranas horas del día, los aspirantes se aglomeraron a razón de más de un centenar en las instalaciones de la sede empresarial citadina con documentos personales en orden, con la esperanza de conseguir una oportunidad de trabajo.
La mayoría de los jóvenes que concurrieron reflejaban en sus rostros mucha desesperación y fatiga, pero no les importa aguantar horas haciendo fila con tal de someterse a una entrevista de trabajo.
Las ofertas de trabajo son patrocinadas por una sucursal de motores. Sus representantes afirmaron que las ofertas lamentablemente eran muy pocas en comparación al número de solicitantes.
La fila de desesperados busca empleos, llenó el auditorio de la Cámara de Comercio y por
momentos decenas se quedaron afuera esperando turno para poder ingresar.
Se estima que unos ciento veinte egresados de secundaria y estudiantes universitarios llegaron a dejar sus documentos personales, pero los escogidos serán solo dos, según los organizadores del reclutamiento.
“Ojalá pueda conseguir una chambita, la vida está dura”, dijo con su rostro asombrado Walesca Portillo Antonio, una perita mercantil de 18 años que aspiraba a una de las plazas ofertadas.
“Estamos sufriendo porque el Gobierno no cumplió con los empleos que prometió”, reclamó por su parte Martín Sanabria, quien procuraba captar el cargo de jefe de tienda.
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PARA SABER
Conforme a las cifras oficiales, más de cinco millones de hondureños tienen la edad para trabajar, pero menos de la mitad lo hacen. Los empleados de la economía informal, en cambio, han ido en aumento en la medida que han cerrado decenas de pequeños negocios por culpa de la crisis.