Con mucha sorpresa encontré en algunos establecimientos comerciales de la ciudad artículos navideños a la venta, eso me desconcertó por un momento pues según mi calendario estamos en el mes de septiembre, mes dedicado tradicionalmente a la patria y a todo lo que involucra el civismo, el homenaje a los próceres y símbolos patrios; sin embargo, con mucho pesar me doy cuenta que antes que promover el civismo en un único mes (de 12 que tiene el año) para sacar de adentro esa marca de catrachos que todos llevamos, se está promoviendo un evento que llegara hasta diciembre, lo cual me parece insólito.
Septiembre es el mes en el que los hondureños recordamos con mayor ahínco nuestra historia e identidad nacional, por ello considero que TODOS deberíamos en concordancia con las festividades impulsar a todo nivel esta fiesta patria. Pero, así como ver en las vitrinas artículos navideños en este mes, sale un poco de contexto; también la falta de principios y valores se encuentran fuera del contexto de las familias hondureñas, quienes van perdiendo día con día las tradiciones y sobre todo el legado familiar.
¿Dónde quedaron los días en que los padres de familia apoyaban a sus hijos en las actividades escolares?, tales como la danza folclórica, los trajes coloridos y las degustaciones de comidas típicas, los murales vestidos de blanco y azul homenajeando a los héroes nacionales y los símbolos patrios, la algarabía de las tradicionales bombas que recitaban a todo pulmón los escolares durante los eventos y los preparativos para el gran día del desfile cívico nacional.
Como está escrito en el Manual de Vida: “Todo tiene su tiempo” es importante que toda la actividad económica, la actividad cotidiana se vista de hondureñidad con mayor énfasis en este mes, para demostrar que aún sigue vivo el fervor patrio en nuestros corazones y que por muy golpeada, saqueada, descuidada o ultrajada que este nuestra patria, Honduras merece la pena ser engalanada por sus hijos, con comportamientos íntegros, valores inquebrantables y principios inamovibles. Así que, aunque veamos que nuestro entorno cede poco a poco a la ola de carencia de principios y valores; nosotros hagamos la diferencia conservando lo bueno, desechando lo malo y dedicando este mes y todos los demás a hacer patria, por una simple razón, este suelo que nos vio nacer es el que nos da la identidad de ser llamados hondureños en cualquier parte del mundo y esa es una marca de calidad 5 estrellas.
Por: Fabiola Elvir