Tegucigalpa. La ministra de Salud, Carla Paredes, atribuyó este lunes las largas filas en las afueras del Hospital San Felipe a la «mala costumbre» de los pacientes de llegar en la madrugada, argumentando que la espera prolongada se debe a su llegada temprana.
Sin embargo, testimonios y el panorama en los centros de salud sugieren que la raíz del problema es la insuficiencia de cupos y personal médico.
Paredes sostuvo que los pacientes que acuden a consulta externa no necesitan madrugar.
“Los pacientes llegan a las 3 de la mañana, pero no hay recursos ni personal a esa hora. Las ventanillas abren hasta las 6:00 a.m. y no hay necesidad de hacer filas desde tan temprano”, aseguró.
Según la ministra, el sistema garantiza la atención de un número limitado de pacientes sin cita, pero usuarios y expertos señalan que esa cifra no alcanza para cubrir la demanda.
Además, se pide a los pacientes llegar con horas de antelación para completar su preclínica.
Ya que quienes no logran ingresar en ese horario corren el riesgo de perder su cita médica.
Realidad en los hospitales
Pacientes que intentan obtener atención médica relatan una historia distinta.
“Llegué a las 4:40 de la mañana y esto es un desorden total”, dijo una mujer procedente de Santa Lucía, quien expresó su frustración ante el caos en el sistema.
Por otro lado, un adulto mayor manifestó durante una entrevista al noticiero Hoy Mismo que no lo atendieron teniendo cita para el 26 de noviembre «y hoy venimos y nos encontramos con esto».
Fuentes preliminares informaron que la falta de personal médico, exacerbada por las vacaciones de diciembre, ha obligado a cancelar citas.
Esta situación evidencia fallas en la organización administrativa, ya que no se han cubierto las ausencias con personal temporal.
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Alta demanda, escasa respuesta
La saturación en los hospitales refleja no solo problemas de gestión, sino también una alta demanda de servicios de salud que supera la capacidad del sistema.
Mientras tanto, las declaraciones de la ministra, centradas en culpar a los pacientes, han generado indignación entre los usuarios.
Quienes exigen soluciones efectivas y no discursos alejados de su realidad cotidiana.
