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Honduras
sábado, septiembre 14, 2024

Manifiesta irresponsabilidad gubernativa

ERNESTO ALVARADO REINA   

El pueblo hondureño tiene plena conciencia de sus derechos y obligaciones, humedecido de una madurez cívica, relevante y de inusitada prudencia, accionando siempre dentro de los principios y valores que señalan los códigos y leyes de la república.

La situación de diversa intensidad trágica, dramática, calamitosa y triste que atraviesa nuestro país, unida con los ejemplos presentados en desemejantes épocas, con los ciclones, vientos, huracanes, fallas geológicas, inundaciones, variados  deslizamientos, rompimiento de puentes, laceración de las vías de comunicación, accesos viales y otros elementos que se reflejan con la temporada de lluvias y la estación de invierno, llama poderosamente la atención que se  mortifica o enluta con el quebranto de la pérdida de vidas, frente al entorno expectante de toda la ciudadanía hondureña.

En efecto, no podemos pasar descuidado e inesperado que, cuando la naturaleza ejerce todo su poder con fuertes vientos, crecidas de ríos, inundaciones, mareas altas, tempestades y erosiones o hundimientos del suelo que desnudan ciertas áreas o porciones de la tierra, la corriente se inclina con enorme furor y ardiente avidez para causar estragos de gran proporción. La precaución o prevención es un factor que puede de alguna manera evitar mayores males o indisposiciones que se pueden evadir, dentro de la simetría o equilibro apreciado con entereza, imparcialidad y honradez.

El verdadero cuidado y mantenimiento de los bordos, facilitan la contaminación del suelo y los desechos virulentos o tóxicos, así como los desperdicios admiten filtraciones venenosas que posteriormente pueden explotar y que afectan la salud de las personas y los animales.

Por consiguiente, las labores y operaciones de reciclaje llevado a cabo con las consideraciones especiales evitan la corrupción ambiental, bajo un sistema de moderna tecnología. Consecuente con lo anterior, nuestra Carta Fundamental señala: “Artículo 5. El Gobierno debe sustentarse en el principio de la democracia participativa del cual deriva la integración nacional, que implica participación de todos los sectores políticos en la administración pública, a fin de asegurar y fortalecer el progreso de Honduras basado en la estabilidad política y en la conciliación nacional”.

Hay una natural inoperancia política que se cristaliza con mayor ímpetu, cuando se suscitan los repentinos y duros fenómenos naturales.

El enjambre multifacético de la putrefacción, la corrupción, la injusticia, la falta de castigo, el nepotismo, la violencia, el despotismo y otros males sociales, se suprimen con los reclamos justos y oportunos del pueblo.

Tiene que haber un cambio para un sustancial mejoramiento.

La prueba se señala, con la capacidad, disciplina, empeño y energía de los funcionarios y empleados del Estado, y, por tanto, se pone a prueba, cuando así lo exigen las circunstancias, máxime en los lapsos o estaciones, que la naturaleza ejerce su fuerza con un entorno que amplía su influencia para dañar las zonas sin precaución o cuidado y arremeter constante contra los cultivos y todo el escenario favorable que se presenta.

Casi todos los gobiernos de la nación han demostrado una manifiesta irresponsabilidad gubernamental, sin importar la extensa sustentación y orientación democrática, libertaria y representativa.

Los discursos e informes prosaicos, la multitud simétrica y el ritmo fascinante, claro y de convencimiento, expresado por los políticos que tratan de impresionar a las muchedumbres. Tenemos que terminar con tales odiosos y funestos escenarios, por medio de la realización de obras, gestas y no simples palabras.

Necesitamos introducir un nuevo estilo, transformado nuestro pensamiento y con sonora fuerza de trabajo, modificar la conducta, encaminados por nuevas rutas de bienestar y progreso.

Todo sea por la patria, la cultura y el desarrollo.

 

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