Han estado presentes en el arte y la literatura desde siempre. Y estemos de acuerdo o no, también en nosotros. Todos, pero todos, hemos practicado todos los pecados capitales en algún momento de nuestra existencia y, por lo tanto, eso es hasta cierto punto normal. Pero, ¿qué sucede cuando hemos adoptado alguno (o algunos) de ellos en nuestro diario vivir? ¿Qué podría estar sucediéndonos y cuál es el resultado del estilo de vida que llevamos ya sea consciente o inconscientemente?
Santo Tomás de Aquino ha identificado y condenado estas siete maneras de manejarnos y aquí hacemos un pequeño recuento y análisis al respecto:
1. SOBERBIA: Se trata de esa persona que se siente demasiado importante, cree que sus necesidades están por encima de las de los demás, se la pasa vanagloriándose de sus logros, no se lo piensa para insultar y ofender y por supuesto, nunca pide disculpas.
¿Qué podría estar sucediendo? Esta persona puede padecer un trastorno narcisista de la personalidad. Los demás quedan anulados en el mundo de estas personas. Jean Cocteau decía que “Un egoísta es aquel que se empeña en hablarte de sí mismo, cuando tú estás muriendo por de ganas de hablarle de ti”.
Consecuencias: Las personas soberbias sufren mucha soledad porque están rodeados únicamente de un montón de falsos amigos, aquellos que le siguen el jueguito todo el tiempo.
- IRA: Está presente en las personas agresivas y violentas. Las que no piensan para hablar golpeado o gritarles a los otros, son intolerantes con las creencias y conductas de los demás, no tienen autocontrol ni respeto por sus semejantes.
¿Qué podría estar sucediendo? Evidentemente hay una gran carencia de inteligencia emocional aquí.
Consecuencias: Se vive en constante peligro y hay falta de paz interior y armonía con los demás.
3. LUJURIA: Se trata de ver hasta en la persona más inapropiada, un posible compañero sexual. Aquí no hay control de pensamientos y por lo tanto tampoco de conducta. El deseo carnal está por encima hasta del bien propio.
¿Qué podría estar sucediendo? Podría haber una adicción al sexo sin tratar.
Consecuencias: Relaciones interpersonales poco saludables, se vive en promiscuidad y, por lo tanto, en inminente riesgo.
- ENVIDIA: Las personas envidiosas ven como una injusticia aquello que tiene el otro y hasta como un desafío personal, como una ofensa. Se dedican a espiar la vida de los demás, les alegra las desgracias ajenas y estarían dispuestos a destruir la felicidad o los bienes del prójimo.
¿Qué podría estar sucediendo? Claramente no se es feliz con quien se es, ni con lo que se tiene.
Consecuencias: Pocos amigos cercanos, frustración constante.
5. GULA: Aquí nos encontramos con la glotonería desmedida del que siempre quiere más. Más comida, más ropa, más alcohol, más amantes, etc. Son consumidores compulsivos con tendencia a la adicción y al despilfarro.
¿Qué podría estar sucediendo? Hay un vacío existencial que se busca llenar de la manera equivocada.
Consecuencias: insatisfacción total, adicciones y desperdicio general.
- AVARICIA: Aquí califica el típico prosaico. Aquellas personas que son incapaces de prestar atención a cosas que no tengan que ver con dinero y lujos. Son admiradores de las personas ricas y no tienen interés alguno en el arte o cosas que enriquezcan el espíritu. Son leales solo a sus propiedades y temen en gran manera perderlas o tener que compartirlas.
¿Qué podría estar sucediendo? Negación a pensar que existe un mundo diferente al propio.
Consecuencias: Tendencia al robo y al soborno.
7. PEREZA: Se trata de una comodidad excesiva y falta de iniciativa que evitan que las personas trabajen arduamente en lo que desean en la vida. Se deja de hacer cosas importantes y estas personas se la pasan postergando. No se esfuerzan y dejan que los demás resuelvan.
¿Qué podría estar sucediendo? Falta de voluntad y consciencia en el proceder.
Consecuencias: Se dejan ir oportunidades, convirtiéndose en una carga para sí mismo y para los demás.
Preocupante ¿no?
Y aquí es donde comienza nuestro autoanálisis…
