En 1959, un jóven abogado de gran carisma llegó al poder absoluto de Cuba. Enarbolando
la bandera de la revolución y la libertad, sometió a su pueblo a la peor tiranía jamás vista, tanto en crueldad como en la falta de resultados y en duración.
Pero, en aquél tiempo, cuando Fidel al mando de sus barbudos derrocó a otro dictador
-Fulgencio Batista, niño de kinder comparado con Fidel- el mundo entero lo admiró.
Las prometidas elecciones libres nunca se dieron, el respeto a la propiedad privada desapareció junto con la libertad política, de prensa y, lamentablemente, también desapareció hasta la comida.
Antes de su llegada, Cuba era la nación más rica y adelantada de Latinoamérica. Como
fruto de la revolución se convirtió en, quizá, la más pobre de todas.
¿Qué fue realmente lo que hizo y logró Fidel con su revolución, en qué ha beneficiado al
pueblo cubano en esos 66 años que cumplirá dentro de menos de veinte días?
Suprimió la libertad política. Por ley solo puede haber un partido político (el suyo).
Suprimió la libertad de expresión, el único periódico (Granma) y todos los medios publicitarios pertenecen y son controlados férreamente por el Estado.
Están prohibidos los sindicatos, excepto el del partido de gobierno.
El deterioro en la calidad de vida se nota hasta donde alcanza la vista. Largas colas para recibir lo poco que pueden comprar en las tiendas del Estado y todo controlado con una tarjeta de racionamiento, la cual es supervisada por los llamados “Comités defensores de la Revolución”, redes de esbirros que operan cuadra a cuadra.
La mala nutrición ha obligado al gobierno a recurrir a la caridad mundial, solicitando leche y vitaminas para los niños, pobres bisnietos de la revolución.
El salario del cubano actualmente equivale apenas a 88 dólares mensuales, un poco menos de tres dólares diarios.
La Habana Vieja, antes una de las ciudades más bellas del mundo, se cae en ruinas.
Lo poco visible está siendo restaurado (sólo las fachadas, que conste) por la UNESCO, donación de caridad para tratar de salvar algo.
Pero, unas cuadras más adentro, donde no llegan los turistas y apenas algunas cámaras se atreven, la cosa es desastrosa.
Lo sé, porque he caminado en esas calles apestosas y horribles, llenas gente malnutrida y mal vestida, donde se amontona la basura y la miseria.
La electricidad constantemente se ve racio nada (igual que todo) debido al mal estado
de las plantas generadoras, donadas en su oportunidad por Rusia (URSS) y que carecen de mantenimiento.
No hay dinero para comprar piezas de repuesto o éstas no existen debido a su tecnología obsoleta (50 años de viejas).
La eterna excusa de Fidel y los tiranos que le han seguido es el supuesto “bloqueo norteamericano”.
Digamos que sí, que los tienen bloqueados, pero los USA no son el único mercado del mundo, China puede comprarles todo lo que producen y venderles todo lo que necesiten.
Solo que Cuba produce muy poco que exportar y no tiene dinero para comprar casi nada.
Antiguamente, Rusia (URSS) les mantenía y ellos felices.
Con el fracaso del comunismo, Cuba se quedó sin su “Sugar Daddy”, pero pronto encontró a otro líder revolucionario, Hugo Chávez y Venezuela, a quienes le sacaron todo el petróleo y la sangre que ahora le hace falta al propio pueblo venezolano.
También esa fuente se les secó y ahora se enfrentan -casi de manera terminal- a una
situación insalvable, no hay quien les mantenga.
Una gran parte de su población, que ha huido en busca de comida y libertad, envía remesas que ganan en países capitalistas, para mantener el comunismo de Cuba, así de
irónico, así de triste.
Para los Estados Unidos (peor ahora con la nueva era de Trump) Cuba no existe, no
tiene importancia estratégica ni es un mercado que valga la pena, ni siquiera en prostitución (en los USA tienen suficiente con la suya propia).
¿Qué logró Fidel y la revolución? Adueñarse del poder para siempre.
El discurso candente de “libertad y lucha antiimperialista” cayó por su peso, era una
mentira que le ha costado la vida a miles y convertido en tragedia la de la mayoría, que
no incluye a los líderes de la revolución, para quienes no existen limitaciones ni tarjetas de racionamiento.
Ellos tienen todo aquello de lo que carece la mayoría del pueblo cubano. ¿Esperanzas de libertad? No existen, excepto nadando o en precarias balsas.
Cada de vez en cuando escribo sobre ese tema que realmente a nadie le importa. Los
días “gloriosos de la revolución” pasaron para siempre, sólo quedaron sus desastrosos
resultados.
No camaradas, la historia no absolverá jamás a Fidel Castro.