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sábado, mayo 18, 2024

La educación viene de casa y se muestra fuera de ella

De niño sentía mucha curiosidad, cuando las visitas se ponían a hablar con mis padres. Creo que es normal eso en un niño, pero siempre escuchaba la famosa frase “Deje de tragar palabras”. No entendía mucho el significado de eso, porque ¿cómo me tragaba las palabras si ni siquiera había hablado? Solo sé que eso significaba, deje de estar en conversaciones donde no lo invitaron.

Y así podría mencionar muchas otras frases que, en su mayoría, nos han dicho. Como cuando jugaba en casa y me decían ¡niño, no grite!, o bien “ayúdele a su hermano que está más pequeño que usted”. Debo reconocer que mucho me costó los modales en la mesa y aprender a callar cuando un adulto habla.

Y en cierta forma, puedo reconocer que mis padres fueron estrictos, entendible porque mis hermanos y su servidor hemos sido algo “tremendos”. Sumado a esto, vino la disciplina de estudiar en un colegio militar. Sin embargo, en casa, siempre nos hicieron ver que “era necesario”.

Hoy por hoy, puedo decir que la educación recibida en casa ha sido una herramienta valiosa para mi desempeño en diferentes áreas. Cosas como levantarme de mi silla al saludar. Dar gracias por los alimentos. Aprender a no meterme en lo que no me han llamado. Evitar andar en chismes, hablar con gritos y muchas cosas más que, de verdad, hacen que la gente le guarde un profundo respeto y admiración a uno.

¿Se ha perdido eso? Sí. Y lo vemos en muchísimos escenarios hoy en día. Nuestro país cuenta con una baja calidad en servicio al cliente, pues detalles como la cortesía y amabilidad para empezar, toca inculcarlos desde cero. Vivimos quejándonos de todos, olvidando la frase del ilustre Benito Juárez: “El respeto al derecho ajeno es la paz”.

Mis padres me lo ponían de otra manera: tu derecho termina donde comienza el derecho de otro. Recuerdo que en la escuela siempre tuvimos una clase llamada “Moral y Cívica”, me encantaba, pues me resultaba fácil a la hora del examen. No tenía que aprenderme fórmulas matemáticas, sino que lo entendía desde la clase.

Hoy podemos preguntar qué es la moral y cívica, y creo pocos podemos responder sobre ello. Ya sabemos las causas, ya hemos hablado mucho sobre ello. Para mí, un punto importante en mi colegio, pese a ser militar, es que ellos siempre nos decían “no somos una correccional”. Los modales deben venir de casa.

Y muchos de nosotros podemos pensar que quizás nuestros padres no tuvieron una gran educación y que por tal razón no tenemos modales. Pero cuando decimos “vienen de casa” es de la nuestra. Es que, desde ya, debemos dar el ejemplo de nuestra conducta.

El ejemplo es lo que moldea a las personas que están a nuestro alrededor, y es mucho más influyente que usar mil palabras.

Hoy tenemos expertos en todo, gracias al tsunami de información con que contamos, pero cada vez nos llevamos peor entre nosotros mismos. En las empresas, toca enseñar hasta a responder correos, pues un “gracias, recibido” nos cuesta tener la cortesía de enviarlo.

Si usted quiere sembrar un futuro exitoso en sus hijos y en su familia, antes de pensar en doctorados o maestrías, deles un gran ejemplo de lo que es la buena educación. Tengo la dicha de juntarme con mis hermanos a discutir temas difíciles y que puede haber desacuerdos. Pero nadie grita. La educación de casa, se ve fuera de casa. ¡Honre su casa, enseñando dentro y mostrando fuera su buena educación!

Enrique Zaldivar
Enrique Zaldivar
2050 Comunicaciones
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