Por Otto Martin Wolf
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En mayo de 1953, el explorador neozelandés Edmond Hillary se convirtió en el primer ser humano en alcanzar la cima del Everest, la montaña más alta del mundo (8,849 metros).
Coronar su sueño no fue algo sencillo, años antes había formado parte de una expedición de reconocimiento para tratar de marcar una ruta y solo después de nueve intentos lo logró.
Hillary alcanzó fama mundial convirtiéndose en el ejemplo del aventurero, que fue seguido por muchos tratando de realizar hazañas y ser los “primeros” en algo.
Hasta el momento, más de 6,000 personas han llegado a la cima y siempre hay otros que lo intentan constantemente.
Subir al Monte Everest hace tiempo dejó de ser noticia, excepto cuando se producen accidentes mortales y aún estos casos reciben poco cubrimiento.
Fotografías del llamado primer campamento muestran a veces tal cantidad de tiendas de campaña que no permiten caminar con facilidad, son decenas de expediciones simultáneas tratando de subir, lo mismo que líneas de alpinistas caminando hacia la cumbre, uno detrás del otro en fila india, como la cola para comprar palomitas antes de entrar al cine.
El segundo en lograr algo generalmente no es nada, si no dígame cómo se llamó el segundo hombre en volar directo de New York a París. El primero fue Charles Lindberg.
¿Y el segundo hombre en poner pie en la Luna? ¿Cuáles fueron sus palabras?
Nadie lo recuerda, ni siquiera creo que lo enseñen en las escuelas.
El primero fue Neil Armstrong quien dijo: “Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad”.
El primer hombre en volar un avión se llamó Orville Wright, el menor de dos hermanos fabricantes de bicicletas. Nadie recuerda el nombre del segundo en hacerlo.
Lo mismo sucede con casi todos los “segundos”.
No muchos saben que Jacques Piccard fue el primero en bajar a la Fosa de las Marianas, el sitio más profundo en el mar. Pero menos aún conocen el nombre del segundo. El mismo Piccard fue el primero en subir en un globo a la estratosfera.
El hijo de Piccard, Bertrand, se convirtió el primero en volar en globo alrededor del mundo sin escalas, diez y nueve días y pico.
Si alguien más lo ha hecho, nadie lo sabe, porque los “segundos” no logran fácilmente fama, reconocimiento y menos fortuna.
En la Tierra casi no quedan lugares sin visitar, todo el planeta ha sido explorado por aventureros, muchos de los cuales han perdido la vida en su intento de alcanzar sus 15 minutos de fama.
El primer hombre en navegar alrededor del planeta fue Fernando de Magallanes, nadie sabe quién fue el segundo. El primero en llegar a América fue Cristóbal Colón y aunque existen vestigios de asentamientos vikingos en Norteamérica, se ignora quiénes fueron y cómo se llamaron.
¿Y quién fue el primero en morir en la guillotina?
Algunos saben que fue un asaltante de caminos llamado Nicolas Jacques Pelletier quien tuvo el dudoso honor de estrenar ese aparato mortal, todos ignoran quién diablos fue el segundo (hasta la fecha el recuento anda por 40 mil cabezas, no se sabe con exactitud).
A menudo recuerdo la trágica historia de Robert Falcon Scott (si, nadie sabe quién fue), cuya ambición desde niño fue convertirse en el primero en llegar al Polo Sur.
Toda su vida estuvo dedicada a ese propósito.
Con gran esfuerzo y después de muchos años logró financiar una expedición. Caminó sobre nieve y hielo, luchando contra el terrible clima, todo por cumplir su sueño y cuando finalmente lo logró se encontró con una bandera que había sido plantada cinco semanas antes por el explorador noruego Roald Amundsen.
Durante toda la historia conocida de la humanidad –miles y miles de años- nadie había logrado llegar ahí ¡y Falcon perdió la carrera por cinco semanas!
Todos los de su expedición murieron en el viaje de regreso, se cree que la desilusión les quitó el deseo de vivir.
¡El segundo en algo no es nada!
En cuanto al Polo Norte, realmente no se sabe quién llegó de primero. Algunos se lo atribuyen a Robert Peary y otros a Frederick Cook.
Ninguno de los dos presentó evidencia irrefutable de haberlo alcanzado, por eso no se sabe a ciencia cierta quién fue el primero.
Este es el único caso en que dos “segundos” lograron algún tipo de fama.
Por otra parte, una pregunta de Derbez frente al reloj: Si los segundos son primero, ¿los minutos son segundos?