Sergio A. Membreño Cedillo / Académico y ensayista
@SergioAMembreo1
El último domingo de septiembre se conmemora el Día de la Biblia en Honduras, establecido a partir de 1988.
La fecha se origina porque un 28 de septiembre se finalizó la impresión de la primera Biblia traducida al español, realizada por el reformador español Casiodoro de Reina en 1569.
La iglesia católica lo celebra el 30 de septiembre en honor a San Jerónimo, quien hizo la primera traducción de la Biblia del hebreo y griego al latín, denominada la Vulgata, “Edición para el pueblo”.
Septiembre el mes de la patria: el 15 de septiembre se conmemora la independencia y el 28 de septiembre la llegada de los pliegos de Independencia a Tegucigalpa y Comayagua.
Hemos reflexionado en esta columna denominada Emunah (fe) sobre el sueño hondureño y cómo formar un liderazgo ético.
En esa dirección. ¿Aporta la Biblia principios para ese liderazgo ético en nuestro país? Comparto dos vivencias personales.
Primera, hace muchos años me encontraba estudiando Economía en la Universidad de Pennsylvania, cuando me pregunté qué hacer como nación para ser un país desarrollado.
Esa pregunta ha estado en mi mente por largos años. Pero si somos una nación cristiana, es muy pertinente preguntarnos dónde estamos hoy como nación en términos de transformación, desarrollo y libertad? Como cristiano recurrí a la Biblia alcanzando la conclusión que no hay otra explicación más trascendente que examinar que los caminos que han tomado los caudillos en
Honduras no son los caminos de Dios. Hay que reconocer que, como nación y ciudadanos, nos hemos equivocado y que tenemos como nación que retornar a Dios. Volver a sus caminos.
Segunda, visité en dos ocasiones el Museo de la Biblia, fundado en noviembre de 2017, en Washington DC. a unas tres cuadras del Capitolio y en el área denominada The Mall.
El museo es único en el mundo, “diseñado para traer a la vida la palabra de Dios”.
En el museo se muestra el impacto en la historia y narrativa de la Biblia en las artes visuales, en la historia y filosofía, en los derechos humanos, en actos de misericordia, en la música, en el comercio y la economía, en los descubrimientos científicos, en la literatura, en la academia, en la ley y el orden, en el arte y en actos de caridad.
La palabra de Dios ha cambiado el mundo. Y lo seguirá haciendo. La Biblia tiene muchas enseñanzas de cómo una nación es guiada por palabra de Dios.
Fue escrita por decenas de escritores en tres continentes en un lapso de diez a quince siglos, ha sido el libro más leído del mundo y traducida a casi todas las lenguas, inspirando actos de amor, coraje, misericordia, compasión y justicia, influenciado el arte, revelando cómo ha contribuido a la pintura, escultura y arquitectura; política y gobierno reconociendo cómo las instituciones y los hombres pueden ser cambiados; educación, explicando el aporte a las aulas, universidades, libros y aprendizaje.
Necesitamos recuperar una cosmovisión bíblica para Honduras. Es decir, evocar y propiciar una conciencia y actitud basada en los valores centrales de la vida, fundamentados en la Biblia.
En cierta forma la Biblia es un catalizador para un cambio social más justo. Tres ejemplos de liderazgo de esa estirpe.
Martin Luther King promovió su visión del cambio transformacional basado en la biblia, varios versículos están en su discurso de “Yo tengo un sueño”. También William Wilberforce
cambió al luchar por eliminar el comercio de los esclavos negros basado en principios de bien común enraizados en que todos somos creados iguales ante Dios Y Abraham Lincoln, presidente durante la guerra civil de los Estados Unidos. Muchos de sus discursos hacen referencia a la Biblia.
Lincoln tenía un devocional denominado “El tesoro del creyente”, al lado de su cama que contenía devocionales para cada día del año.
Lincoln manifestó: “En consideración a este libro (La biblia), yo tengo que decir que este es el mejor obsequio que Dios ha dado al mundo”.
Liderazgo ético y sus componentes construir la comunidad, respetar al otro (Empatía). Integridad, servir a otros y hacer justicia.
Todos valores que emanan de la Biblia. Líderes ampliamente conocidos, entre otros: Desde Abraham, padre de la fe, José como gobernador, Moisés como libertador, Josué como líder, Débora como jueza, David como rey, Nehemías como constructor, Ester como reina intercesora, Daniel como consejero de reyes y Pablo como plantador de Iglesias.
Todos con imperfecciones, pero con fe, amor a la palabra y a Dios. Líderes de su tiempo y espacio.
Un liderazgo ético para todos los tiempos. Y Jesús como salvador y redentor del mundo. El Aleph y Omega a la cual la Biblia converge: como Rey de Reyes y Señor de Señores.
Soli Deo Gloria. A Dios solo sea la gloria