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Honduras
lunes, mayo 6, 2024

Impresionante cambio hacia el progreso

ERNESTO ALVARADO REINA
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La situación incómoda que atraviesa Honduras, no puede seguir soportándose, cuando existen condiciones, motivos y circunstancias que nos permiten, sin rodeos, modificar sustancialmente los escenarios que prevalecen en el sector agrícola, ganadero, industrial, comercial y otros epígrafes que son indispensables para el mejoramiento y el crecimiento gradual y continuo.

Cimentados programas de gobierno a cumplir en materia de salud, educación, higiene, seguridad, generación de oportunidades para obtener un empleo satisfactorio, cumplir las necesidades de los campesinos para laborar en el agro, con el objeto de producir y consumir servicios y bienes nacionales, son el reclamo de toda la población que urge de un sustancial mejoramiento sin distingo alguno.

La permisible y estrecha relación de manera general e integral entre gobernantes y gobernados, incursiona social y políticamente a efecto de gozar colectivamente y de manera justa, de los derechos y garantías establecidos en la Constitución de la República y demás leyes u ordenamientos jurídicos en vigor. La voluntad mayoritaria del pueblo representa un compromiso al deber de cumplir funciones en la nueva Administración Pública, sin limitaciones, ambages o cortapisas de ninguna naturaleza. En tal orden de pensamientos, todos los ciudadanos hondureños debemos integrarnos en un moderno proyecto de administración. Por lógica consecuencia, hay que disminuir o erradicar de manera espaciosa y segura, las marcas del odioso sectarismo político y la detestable discriminación, a fin de lograr un feliz entendimiento con todos los sectores o fragmentos, permitiendo así desarrollar   el tejido social dentro de un futuro promisorio, buscando el desarrollo económico, financiero, cultural, educativo, de salubridad y colectivo del país.  Los deberes cívicos y la pujante claridad de la población nacional deben de manifestarse con los arrojos del caso, para extirpar la corrupción, logrando la transformación política con libertad y respeto, alcanzando la felicidad y tranquilidad por entero del país, bajo los ejes de fomento de nuevas fuentes de inversión, ocupación, producción y productividad con dignidad, superando la difícil crisis económica que sufrimos, generando mecanismos de auténtico engrandecimiento en las desiguales porciones, dada la necesidad de que surjan nuevas fuentes de inversión, estableciendo un formal compromiso de conseguir el crecimiento de servicios públicos sustanciales en el campo de la salud, vivienda, seguridad social, enseñanza,  y demás materias similares, al mismo tiempo, prestando un valioso  auxilio para reducir o disminuir las insuficiencias absolutas y relativas de la población.

Por otro lado, el mantenimiento y defensa de la libertad de prensa, opinión y expresión, se robustece considerándola una herramienta básica, dentro de la esencia de un sistema democrático, representativo y republicano.

En definitiva, hay que propugnar a toda costa por el   destino de Honduras, con una verdadera dosis de nacionalismo y un profundo contenido patriótico.

Con la verdadera unidad nacional se logra la felicidad, prosperidad y bienestar general.

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