Un escalofriante caso de trata de personas ha conmocionado a la comunidad de El Progreso, Yoro, luego de que la Policía Nacional revelara este viernes la captura de una pareja que compró a una menor de edad por la suma de 10,000 lempiras.
La víctima, según las investigaciones, fue vendida por su propia madre biológica y su padrastro para ser obligada a trabajar como trabajadora sexual en una cantina ubicada en la aldea Guaimitas.
Si la joven se resistía, era sometida a torturas físicas y emocionales, según detallaron las autoridades.
El portavoz de la Policía Nacional, Edgardo Barahona, ofreció detalles desgarradores sobre el caso, indicando que la venta de la menor se realizó con el objetivo de explotación sexual.
Además, Barahona señaló que existen fuertes indicios de que el padrastro también habría abusado de la víctima.
«La información que se maneja, según el expediente, es que la madre biológica de la menor la vendió por 10,000 lempiras a esta pareja que la pusieron a trabajar en este establecimiento donde fue abusada, probablemente sexualmente por clientes, o incluso pudo haber sido víctima de violación», lamentó el oficial.
Investigación
La investigación que culminó con la captura de los responsables se inició en el año 2024 tras una denuncia anónima que alertó a las autoridades sobre la compra de una menor por la cantidad mencionada.
Tras meses de seguimiento y recolección de pruebas, la Policía Nacional, a través de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), ejecutó un allanamiento con autorización judicial el pasado 22 de mayo en una vivienda ubicada en la aldea Guaimitas, colonia La 28, municipio de El Progreso.
En el operativo, se logró la detención del hombre que, en complicidad con su pareja, había adquirido a la menor.
«La Policía Nacional realizó el día de ayer con la Dirección Policial de Investigaciones en el sector de El Progreso donde se detiene a este hombre que junto con su compañera habían comprado a esta menor de edad para utilizarla en un establecimiento donde ella se expuso a situaciones que afectaron su integridad sexual», explicó Barahona, subrayando la gravedad de los hechos y el compromiso de la institución en la lucha contra la trata de personas.
Este indignante suceso pone de manifiesto la vulnerabilidad de algunos menores en Honduras y la urgencia de fortalecer los mecanismos de protección infantil.
Las autoridades han asegurado que la investigación continúa para esclarecer todos los detalles del caso y llevar ante la justicia a todos los involucrados, incluyendo a la madre y al padrastro de la víctima, quienes aún no han sido capturados.
La menor ha sido puesta bajo la protección de las autoridades competentes para recibir la atención y el apoyo psicológico necesario tras la terrible experiencia vivida.