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sábado, mayo 18, 2024

Hitler y Trump, ¿algo más que un mechón de pelo?

Desde luego que son tiempos y circunstancias diferentes, pero ambos tienen mucho en común, además del cabello tirado sobre la frente como una manera de identificación personal. Antes de llegar al poder, Hitler intentó un golpe de Estado en Alemania, bautizado “el putsch”, el cual fracasó. Hitler enfrentó un juicio cuya defensa él aprovechó -con gran dialéctica- para convertirlo en un asunto político. Fue declarado culpable y enviado a prisión en un lugar llamado Lansberg. A su celda llegaron políticos, simpatizantes, periodistas, elevando su figura, que hasta ese momento no era muy conocida en Alemania.

Aprovechó los meses de cárcel para escribir su famoso libro “Mi Lucha”, que se convirtió en “la biblia” del nazismo. El fracaso del golpe de Estado, el juicio y el tiempo de prisión le sirvieron para elevar su figura a nivel nacional.

Veamos en qué se parece eso a lo que está sucediendo con Trump. El asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, indudablemente fue un intento de golpe de Estado instigado por Trump. Testigos presenciales, que se encontraban con él en la Casa Blanca, declaran que  durante muchas horas él contempló lo que sucedía (incluyendo siete muertos y numerosos heridos) sin mover un dedo, esperando a que finalmente “colgaran a Pence”, su vicepresidente, encargado por la ley de ese país en declarar ganador a quien fuese elegido por el Colegio Electoral, en este caso Joe Biden.

Resulta que, en los EUA, el vicepresidente está a cargo de ir al Capitolio y hacer oficial el resultado de las elecciones, requisito incomprensible para nosotros y sin el cual no hay declaratoria de ganador en los EUA.

Trump, al igual que Hitler, está aprovechando los juicios que enfrentará para hacer declaraciones políticas muy peligrosas para un país que jamás ha tenido un golpe de Estado y donde la sucesión presidencial ha sido limpia y sin ese tipo de contratiempos desde 1776. Trump es un idiota que no se da cuenta el enorme daño que le está haciendo a su país y al mundo, o no le importa, sólo desea alcanzar el poder de nuevo. Ya mucho antes de las elecciones declaraba públicamente que estaban amañadas, en algo que se llama “curarse en salud”.

Es un ataque preventivo realizado sistemáticamente para no reconocer el resultado electoral, algo que también por primera vez sucede en EUA, todos los perdedores han aceptado lo que el pueblo ha dicho en las urnas, excepto Trump. En esos dos casos, los juicios por intento de golpe de Estado son muy parecidos (con las diferencias normales). Trump no está escribiendo un manifiesto político, cierto, (la tecnología ha cambiado) pero lo está haciendo verbalmente todos los días en la televisión y redes sociales, incluyendo la suya propia.

Ahorita mismo, mientras enfrenta un juicio por fraude, está aprovechando para mandar su mensaje político. Resulta que el hombre elevó en varios billones de dólares el valor de sus propiedades para obtener mejores condiciones (y más dinero) en préstamos de los bancos. Eso es fraude y no tiene ninguna relación con la política, pero él aprovecha. Seguramente será condenado a una multa mínima de 250 millones de dólares y es posible que se le prohíba hacer negocios en su estado natal, New York.

Creo que de esa no se salva, pero hay un fuerte número de votantes republicanos a quienes no les importa todas las demandas y condenas en los tribunales.  Violación, compra del silencio de una prostituta para que ésta no revelara públicamente sus encuentros sexuales con él y otros casos menores. No les importa a las mujeres republicanas que Trump haya declarado que, mientras era dueño del concurso “Miss América”, él tocaba en sus partes sexuales a las concursantes y se metía en sus camerinos sin respetar su privacidad, su condición de “estrella” -dijo- le permitía hacerlo.

Trump desprecia a los latinos y les acusa por parejo de ser criminales, violadores y “malos hombres”. Es igual a Hitler culpando a los judíos de todos los males de Alemania, como hizo en todos sus discursos antes y después de llegar al poder. Es lo mismo; cambie las nacionalidades, olvide el mechón de pelo sobre la frente y verá que los dos son muy parecidos. El destino de los EUA se está definiendo en los cuatro juicios que enfrentará Trump antes de las elecciones, sus seguidores -fanáticos hasta la ceguera- no parecen darse cuenta de lo que puede ocurrir.

Trump puede terminar con la democracia norteamericana y hasta llevar a ese país a un enfrentamiento armado, como ya ocurrió durante la Guerra Civil el siglo antepasado.

Y, quizá, al mundo a una Tercera Guerra Mundial.

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