Redacción. Los planes de deportaciones masivas propuestos por el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, tendrían un impacto devastador en la economía del país, según estudios y expertos.
La expulsión de más de 11 millones de personas que viven en EE.UU. sin estatus legal afectaría gravemente a sectores clave como la construcción, que depende en gran medida de la mano de obra indocumentada.
Trump centró su campaña en la estigmatización de los migrantes indocumentados, a quienes describió como «criminales» y aseguró que «envenenan» al país.
Sin embargo, la implementación de sus planes de deportación masiva no solo implicaría un costo millonario para el Gobierno, sino que también podría desencadenar una recesión económica, al perder millones de trabajadores esenciales para la economía estadounidense, según un estudio de la American Immigration Coalition.
El análisis señala que la deportación masiva de trabajadores indocumentados podría reducir el Producto Interno Bruto (PIB) anual entre un 4,2 % y un 6,8 %, lo que se traduciría en pérdidas de entre 1,1 y 1,7 billones de dólares al año.
Estas cifras superarían el impacto de la Gran Recesión de 2007-2009, cuando el PIB cayó un 4,3 %. Los estados de California, Texas y Florida, que albergan casi la mitad de los inmigrantes indocumentados del país, serían los más afectados.
En estos estados, uno de cada 20 residentes podría ser deportado, lo que generaría un retroceso económico significativo.
Sectores vulnerables
La industria de la construcción, que emplea a millones de trabajadores en EE.UU., es uno de los sectores más vulnerables a estas pérdidas.
Se estima que el 14 % de los trabajadores de la construcción en el país son indocumentados, lo que representa a más de un millón de personas, según un estudio de Workers Defense.
En Texas, donde el gobernador Greg Abbott, aliado de Trump, ha expresado su disposición a colaborar con los planes de deportación, la industria de la construcción tiene una gran relevancia, generando el 5 % de los ingresos del sector a nivel nacional.
En este estado, más del 50 % de los trabajadores de la construcción no tienen estatus migratorio legal, lo que convierte su expulsión en un golpe directo a una de las industrias más dinámicas de la región.
«Devastaría la industria»
Según Juan Carlos Cerda, director para Texas de la American Business Immigration Coalition, «expulsar a estos trabajadores devastaría la industria».
Cerda agrega que, en lugar de colaborar con el Gobierno federal, el estado estaría «disparándose a sí mismo» al ralentizar proyectos y aumentar los costos.
La actual prosperidad de Texas, conocida como el «milagro de la construcción», depende en gran medida de los inmigrantes indocumentados.
Además de las consecuencias económicas, las deportaciones masivas tendrían graves repercusiones sociales, especialmente en Texas, donde alrededor de 5,6 millones de personas viven en familias con «estatus mixto», es decir, en las que al menos un miembro no es ciudadano estadounidense.