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miércoles, abril 24, 2024

¿Existe el destino?

Antes de comenzar, de nuevo tengo que pedirles a los fanáticos religiosos que no caigan en la tentación de atribuirle todo a su dios particular, ya sea Buda, Quetzalcoatl, Alá, Cristo o cualesquiera de los miles que existen en la mente de una parte de la humanidad. Dejemos eso por fuera, ¿sí? Gracias.

Vamos al tema. Me sucede con cierta frecuencia que, de repente, me viene una idea, al principio me confunde, trato de rechazarla, pero, casi inevitablemente no puedo dejar de pensar en ella.

A veces la palabra destino me ocupa más de lo que debiera.

Todo porque hay personas que creen que todos nacemos con el “destino trazado”, como un guion firme e inamovible, el cual definirá lo que hacemos en la vida, de principio a fin.

Pero, cuando algo cambia de esa ruta, aparentemente inflexible, se acostumbra a decir que cambió su destino.

Pero, me desvelo a veces pensando, ¿ese cambio no era también el destino? ¿Esa persona no estaba destinada a cambiar su vida, siendo precisamente ese su destino?

Veamos: un joven que se encuentra en la educación secundaria, tiene los medios de vida y cubrir los costos de sus estudios, es también un buen estudiante y de ahí va directo a una carrera universitaria.

Pero, de repente, hay un cambio en el factor económico o de salud, algo sucede y tiene que dejar los estudios, ¿cambió su destino?

¿No es más razonable pensar que su destino estaba precisamente marcado así?

¿Acaso dejar de estudiar y enfrentar a la vida desde ese ángulo, no sería en realidad su propio destino?

No creo que el destino exista en la forma en que generalmente se le piensa, nada de una visión por adelantado de lo que será la vida.

Más bien, podríamos pensar que el destino de alguien sólo puede ser escrito al final de la vida, no al comienzo, no siguiendo los augurios, las premoniciones ni los deseos de los mayores.

Alguien nace pobre, ¿su destino es serlo siempre? Pero, si se saca la lotería, recibe una herencia o logra de alguna manera hacer un capital, ¿eso es un cambio en el destino?
Pero, entonces, ¿acaso no era su destino ser rico?
¿Cómo podemos saber realmente cuál es el destino si cada curva en la vida, cada cambio obviamente es marcado por el destino?

Entonces, los cambios que se producen lo que logran es hacernos cumplir nuestro destino. O sea, el destino era cambiar, lo que quiere decir que en realidad nuestro destino eran esos cambios, por lo tanto, el destino incluía cualquier cambio, así que, definitivamente, el destino no existe.

Lo único permanente en el destino son los cambios, que en verdad no son cambios porque todo lo que sucede es el propio destino, así como ocurren las cosas, con todos los cambios, así es como estaban destinadas a ser.

O sea, de nuevo, el destino no existe.

Qué enredo, ¿verdad?

No estoy seguro si cuestiones como esas ocupan el tiempo de mucha gente, esperaría que sí pero no podemos saberlo.

He buscado información sobre el porcentaje de la gente que cree en el destino en la forma tradicional, no hay muchos estudios científicos (encuestas e investigación) sobre eso.
Pero, es sorprendente saber que creer en el destino está ligado a las diferentes culturas. En Suramérica un 48 % cree en el destino, mientras que en Europa central llega a 62 % y, en África los que creen en el destino son un apabullante 98 %.

Y aun así, si profundizamos más en la investigación, el porcentaje de gente que cree en el destino cambia por país, ciudad y hasta por barrio.

La pregunta que inmediatamente surge es: ¿Quién metió la idea del destino en la cabeza de la gente? ¿Desde cuándo esa idea forma parte de la cultura (o incultura) mundial?
Como casi todas las supersticiones, el concepto viene desde hace mucho tiempo; los sumerios (la primera civilización de que se tiene conocimiento) creían en el destino, al igual de los egipcios o de los indios latinoamericanos.

Mire como son las cosas; hay gente que no cree en el destino, pero no puede evitar leer el horóscopo que publican algunos medios. ¿Es que acaso 12 símbolos zodiacales van a definir el día a día de toda la población mundial?

No creen en el horóscopo, pero muchas veces lo que dicen esas tres o cuatro líneas “les sale”.

Por hoy los dejo con una pregunta que debe contestarse a sí mismo… ¿cree usted en el destino?

Y una frase de mi escritor favorito “somos al destino como hojas al viento”.

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