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martes, abril 23, 2024

Estrés familiar

Por Irazema Ramos (Sicóloga)

En el artículo anterior conceptualizamos el estrés familiar como “el grado de tensión que surge en las familias cuando el estado de desequilibrio de estas, es alterado por sus transiciones a través del ciclo vital”; enumeramos también algunas situaciones que elevan el nivel de estrés dentro de la familia, mala relación entre sus miembros, enfermedad, ya sea física o psicológica, problemas económicos, desempleo, mudanza, cambios de colegio, muerte, nuevo miembro en la familia, separación, ya sea temporal o permanente, no tener quién cuide de los hijos, pobre o injusta distribución de las tareas del hogar, etc.

Y este lunes tenemos la oportunidad de ver las consecuencias por el mal manejo del estrés en la familia, la cual debe funcionar como un sistema donde todos y cada uno de sus miembros cumple un papel, un rol establecido tácitamente o hablado y que, si dicho acuerdo no se cumple, si dicha función no se lleva a cabo, el no hacerlo influye en todos los demás y es aquí donde encontramos las consecuencias: tensión, malestar, irritabilidad, regaños por doquier, nerviosismo, injusticia, ira, desamor, falta de admiración, disminución en el compromiso y fidelidad, comúnmente el hombre maneja el estrés alejándose de él, opta por encerrarse en sí mismo y muchas veces pues no hace nada, además recordemos que el varón segrega menos cantidad de cortisol (hormona del estrés), en cambio la mujer presenta agobio, puede tener una reacción exageradas por cosas pequeñas, agotamiento físico y mental, muchas veces descarga sus emociones llorando, pero eso no resuelve el problema, aunque ya sabemos que platicarlo con alguien puede ser el inicio de encontrar la solución, pero en algunas ocasiones platicarlo con personas externas al grupo familiar, genera un mayor conflicto.

Siempre será mejor hablarlo que tener ese viento huracanado en la cabeza, con todas las alarmas encendidas en tu memoria y el diálogo interno de manera rumiante, practicando una y otra vez, una conversación que no sale nunca de tu boca.

Te invito a sacar el tema, pero antes escribe lo que dirás, apila tus pensamientos en palabras escritas para ver el orden del relajo mental y emocional que tienes por dentro. Luego convocas a una reunión, algunas veces la mesa de comedor es donde tendremos las mejores victorias, expresa cómo te sientes, haz un calendario de responsabilidades y quehaceres, di lo que esperas de cada uno de ellos y lo que estés dispuesto a dar para ellos también. Puede que hacer esto no solucione tu problema, pero es la primera fase de todo lo que veremos más adelante en la próxima semana.

Te abrazo y animo a que puedas encontrar el engranaje perfecto, la sinergia adecuada en tu día a día, para establecer las bases firmes de tu salud mental.

 

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