Medellín. El día que muchos temían finalmente llegó. Javier Acosta, un ferviente hincha de Millonarios, se despidió de este mundo tras someterse a la eutanasia, poniendo fin al sufrimiento causado por una grave enfermedad.
Su decisión, difícil y valiente, tocó los corazones de aficionados al fútbol y de muchas otras personas, quienes vieron en él un ejemplo de fortaleza.
Para Javier, el fútbol no era solo un juego de 90 minutos; era una pasión que lo acompañó durante toda su vida, especialmente su amor por el equipo ’embajador’.
Javier Acosta siempre en la memoria de cada hincha. Buen viaje. pic.twitter.com/5cKBPgUgmy
— Radio Emisora Millonarios (@RadioEmisoraMil) August 30, 2024
Como miembro de la barra brava Comandos Azules, dejó una huella imborrable en quienes lo conocieron, particularmente en los días finales que pasó en el hospital, donde aguardaba su último adiós.
Aunque su partida dejó un vacío, Javier se fue en paz, consciente de haber tomado una decisión que muchos consideran valiente.
Amigos y familiares lo despidieron como un verdadero guerrero de la vida, alguien que enfrentó situaciones que pocos pueden comprender.
Su legado persiste, marcado por mensajes de paz, amor y gratitud, recordando a todos la importancia de valorar la vida, la familia y los buenos momentos compartidos.
En uno de sus últimos mensajes, Javier instó a sus seres queridos a amar y honrar los colores de su equipo, pero también a disfrutar de la vida con sus seres queridos.
“Amen su club, su camiseta, honren esos colores de la mejor manera… disfruten cada minuto con su familia, con sus amigos… amémonos los unos a los otros, aprendamos a perdonar”, fueron algunas de sus emotivas palabras finales.
Más allá del fútbol, Javier Acosta fue una persona que, incluso en medio de la adversidad, mantenía una sonrisa, un chiste y una enseñanza para compartir.
Su esperanza y valor frente a la muerte han dejado una marca indeleble en todos aquellos que tuvieron la fortuna de conocerlo.
