Las cucarachas son conocidas por su increíble capacidad de supervivencia, incluso ante condiciones extremas. Con el cambio climático y los inviernos cada vez más cálidos, su presencia ha dejado de ser estacional y ahora pueden aparecer en cualquier época del año.
Estos insectos suelen encontrarse en lavabos y cocinas, donde encuentran agua y restos de comida, convirtiéndose en un riesgo sanitario por la posibilidad de transmitir enfermedades e intoxicaciones alimentarias.
Además, aprovechan los rincones oscuros y las fuentes de calor para esconderse y reproducirse.
El limón, un repelente natural
Afortunadamente, existe un método natural para mantenerlas alejadas: el limón. Su aroma fresco y su acidez actúan como un potente repelente, creando un ambiente hostil para estos insectos.
El ácido cítrico presente en el limón irrita sus receptores olfativos, impidiendo que transiten por las zonas tratadas con este cítrico.
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¿Cómo utilizarlo correctamente?
El limón también posee propiedades antibacterianas que ayudan a mantener limpias las superficies y reducen la disponibilidad de alimentos para las cucarachas.
Para aprovechar su efecto repelente, se recomienda colocar rodajas de limón en puntos estratégicos de la cocina, como esquinas y áreas cercanas a las tuberías.
Es importante reemplazar las rodajas con frecuencia para mantener la intensidad del aroma y garantizar su eficacia en la eliminación de estos molestos insectos.