36.2 C
Honduras
domingo, mayo 5, 2024

El compromiso con la reconciliación y las disonancias

Para que quede claro, antes de ver lo sucedido en El Vaticano con la audiencia papal con nuestra presidente, debemos darle sentido a los términos. Un compromiso es una decisión firme en función de hacer o convertir una realidad propia o comunitaria, cueste lo que cueste, diga lo que se diga. Por otro lado, reconciliar es un evento muy amplio que viene desde la reconciliación con uno mismo, hasta el propiciar la reconciliación de una sociedad. Llevando esa ruta trazada, con la promesa hecha por la presidente hondureña, la señora de Zelaya, ella como líder de más de 9 millones de hondureños también deberá tomar en cuenta las voces disonantes, es decir, deberá aprender a atender y escuchar atentamente las advertencias –aunque no le gusten o porque está siendo pésimamente asesorada- que el mismo pueblo hace en los términos de cómo se está manejando la administración pública y las decisiones, en especial las políticas.

Desde este areópago siempre hemos, desde un principio, dicho que es tarea pendiente reconciliar al pueblo hondureño, para que la paz sea su verdadera característica y donde todos los hondureños seamos solidarios y ayudemos a quien cae, para que también sea una persona productiva y de bien. Precisamente desde aquí también hemos y seguimos deseando, procurando el éxito del presente Gobierno, y del Gobierno que sea ya que, si bien su pensamiento es de izquierda, eso no tiene que ser ningún problema, pero cuando ya se crean tensiones en la sociedad, cuando ya se comienzan los pleitos –incluso contra la misma Iglesia católica- y a pretender emitir leyes de dudosas consecuencias, cuando se quieren instaurar medidas de seguridad (también con una nueva ley propuesta con varios miembros de su familia adquiriendo poderes) un tanto extrañas con modalidades dizque “comunitarias”, no podemos menos que arquear una ceja y evocar que es una realidad calcada, precisa y exacta de los modelos venezolano y nicaragüense.

Pero mucho cuidado, debemos reconocer que como hondureños nos debemos sentir orgullosos por ser representados con dignidad por la señora de Zelaya, se ha reunido y gestionado proyectos realmente interesantes en su visita de este momento en especial al gobierno italiano. Se mencionan cuestiones como un ferrocarril y ese sí sería un aliciente para tener esta opción como canal de distribución con una mejora sustancial en tiempo y movimientos para replantear de manera positiva la logística acaparada por ciertos sectores, eso sí daría un salto de calidad enorme, y si se lleva a la realidad, si no les dan pellizcos a esos recursos en el camino tal como sucedió a inicios del siglo anterior y la línea férrea solo llegó hasta Potrerillos (cuando debía llegar hasta Amapala) estamos seguros que los hondureños darían su voto (sin ánimo de hacer proselitismo) a quien sea el candidato de su partido. Eso solo como ejemplo, mientras al Valle de Sula le queda aún debiendo la construcción de las represas.

Esperamos que no olvide ese compromiso de reconciliación, que aprenda a escuchar a aquellos que no le dan masajes a su ego pero que bien quieren el éxito del presente Gobierno.

EditorialEl compromiso con la reconciliación y las disonancias

Hoy en Deportes