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viernes, marzo 21, 2025

Ejercer el voto es también respaldar la democracia

El abstencionismo. ¡Ah, el abstencionismo! Cuántas cosas se han llevado a cabo a raíz del alto porcentaje de gente que no dio su voto. He participado como consultor en muchas primarias y generales, y poco damos importancia al gran margen de votantes que simplemente no se sienten animados a salir y votar. Pueda que sea porque es un domingo, pueda que ninguno de los candidatos les parezca.

Que ninguna de las propuestas (Si es que las hay) que han escuchado los haga querer hacer fila para ejercer el sufragio. Pero ni siquiera cuando se vota en blanco llegan de cerca al número de abstencionismo. Tienen que ocurrir muchos fenómenos en un país para que pueda existir una asistencia masiva al voto y desde luego que ha ocurrido.

Pero para ello debe existir un genuino deseo popular de hacerse escuchar a través de las urnas. Muchas veces por un cambio total. Otras veces por un voto castigo. Pero lo preocupante es que nunca ha sido por un líder que inspire a tiempos mejores. El asunto es que nuestras democracias son cada vez más manipuladas a raíz del poco entusiasmo de los votantes. Esto permite la poca supervisión.

O bien que se den trampas o enredos a la hora del conteo de votos. Cada país debe tener como deseo el cuidar la democracia y eso puede hacerlo de muchas maneras, pero una de ellas es votando. Cuanto civismo y deber hemos perdido al creer que ir a las urnas es únicamente para aquellos que les gusta el juego político. O son activistas.

Tuve la enorme bendición de que mi padre, siempre buscó de una u otra manera involucrarse en ese día de elecciones. Sin activismo político. Sin partido, sin esperar un trabajo a cambio, siempre creyó que la ciudadanía debía vigilar la democracia votando, pero también velando porque se hiciese la voluntad popular.

Quizás porque en sus tiempos vivió los golpes de Estado, o cuando tuvimos una junta militar, o todo lo que se comentaba de los tiempos del general Carias. Si nosotros no entendemos todo lo que hay en juego, el domingo en que nos convocan a las urnas entonces no somos un país digno de su democracia.

Sé y entiendo que son apenas las elecciones primarias. Que nos daremos un respiro de carteles y anuncios de desconocidos que tienen la llave para solucionar todo. Pero una vez esas pautas publicitarias callen, y que la contaminación visual cese. Volvemos a lo que somos. A nuestra amada Honduras la cual debemos cuidar. Y como siempre suelen decir, si usted no es partícipe de las decisiones, no se queje de lo que le está tocando vivir.

En lo personal, evito escribir de política, puesto que ya hay muchos que lo hacen y muchos de ellos lo hacen muy bien. Pero soy un ciudadano, que sabe cómo cuesta generar empleo, pagar impuestos, levantarse a diario para buscar un mejor futuro.

Como mucha gente que ha hecho sus oraciones a Dios para una Honduras diferente. Hoy solo soy una persona que procura nada más hacer su parte. Tomar un espacio, una voz para comunicar algo que nos ocupa a todos. Cuidar nuestra democracia. Para cuidar el futuro de las siguientes generaciones en Honduras.

El abstencionismo se derrota con conciencia y con mucha responsabilidad. Recuerdo que mi abuelita, jamás se perdía una fiesta electoral. Aún en sus días donde le costaba caminar, la acompañaba a ejercer su voto. Una vez le pregunté ¿Por qué lo hace? A lo que respondió: Es mi deber como hondureña.

Enrique Zaldivar
Enrique Zaldivar
2050 Comunicaciones
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