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Honduras
martes, diciembre 3, 2024

EJEMPLAR SERVICIO MÉDICO

El pensamiento vivaz, instructivo y orientador reclama una cantidad   grande, satisfactoria y agradable diversidad de palabras oportunas, apropiadas, convenientes y naturales que, en forma reluciente, concreta y precisa, cultivan una perspectiva de valoración enérgica que conducen sin lugar a dudas, por los intrincados o confusos caminos que permiten a su vez, dentro de la fuerza de la sinceridad y credibilidad general del pueblo, dentro de su imagen, pintura o retrato,  con fuerza de sonoridad y poder a mejores estamentos o condiciones  de verdadera utilidad, interés y provecho, sin distinciones de ninguna naturaleza.

Las elementales necesidades de salud, educación, cultura, artes, deportes y otras ramas o disciplinas no menos importantes, son la genuina expresión democrática de las poblaciones que edifican el imperio de las conciencias populares, elevando los niveles de la cordial estructura entre gobernantes y gobernados, incursionando de manera tangible o palpable por lograr conseguir un equilibrio sostenido entre los derechos y obligaciones establecidas en nuestra Constitución de la República y demás leyes en vigor, en todo el territorio nacional.

Nuestra Carta Magna reconoce clara y paladinamente una satisfactoria salud familiar y una prevención o saneamiento del ambiente o medio ambiente donde vivimos todos los hondureños y la convivencia existente con las demás personas, debiéndose instaurar canales pluviales y protección contra los desechos sólidos y sustancias peligrosas, siendo un esencial principio del derecho de protección o defensa robustecida como amparo   a la salud. En tal orden de pensamientos la salud es considerada como un estado de bienestar general biológico, espiritual o psicológico, social y ecológico, teniendo el deber un Estado de intervenir directa o indirectamente por garantizar su desarrollo y sostenimiento.

Dentro del contexto preestablecido, es importante resaltar que los médicos o galenos de Honduras tienen que utilizar los amplios conocimientos científicos en verdadera ayuda a la comunidad y sus semejantes, sin limitaciones, dificultades o valladares que impidan su enorme labor humanitaria. En el Barrio Abajo de Tegucigalpa, capital de la República, realizo sus labores y prestación de servicio MARTÍN ALFREDO MARTÍNEZ ALVARADO quien, en una clínica médica modesta, atendía a sus pacientes sin importar su condición social y la necesaria cantidad de dinero, obsequiándoles medicamentos, curando sus dolencias y manteniendo el principio de Hipócrates, dentro del máximo respeto por la vida humana desde su comienzo, aun bajo amenazas, bajo la palabra de honor cumpliendo sus designios. Por tan elogiosas acciones en beneficio del pueblo, fue muy querido por la gente aun en los tiempos más difíciles que puedan ocurrir.

Ante su sentido fallecimiento, es importante resaltar su labor humanitaria de continuo apego a la ética, por el convencimiento de la preservación del grato recuerdo y legado que dejo a sus padres, hermanos y a todos sus familiares, pacientes y amistades.

Valga este comentario como un recuerdo, conmemoración, remembranza o evocación a su integridad y digna personalidad, que perdura en tiempo y espacio, como una persona dedicada, sin restricciones a un ejemplar servicio médico. Que su alma descansa en paz en los lares o moradas de la Divina Providencia y siempre perdura en la memoria de la ciudadanía en general.

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