La Organización Mundial de la Salud, define la adolescencia como el periodo de crecimiento que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta. La OMS establece un rango de edad entre los 10 y los 19 años. La Convención sobre los Derechos del Niño (NN.UU., 1989) define niño como “toda persona menor de dieciocho años”. Algunos adolescentes requieren de un acompañamiento psicológico en este proceso de cambios, de ajuste físico, emocional y social, por lo que no está de más tener en consideración esta información. La OMS también calcula que el 1.1 % de los adolescentes de 10 a 14 años y el 2.8 % de los de 15 a 19 años padecen depresión. La depresión es la principal causa de enfermedad y discapacidad de niños. Las principales causas globales de muerte en la adolescencia son los accidentes de tránsito, el VIH-Sida y los suicidios.
En mi experiencia clínica, son varios los pacientes adolescentes y lo que valoro mucho de esta generación, es que han sido ellos los que piden a sus padres el apoyo, ellos logran identificar que no es común los síntomas que tienen y abiertamente solicitan a sus padres que les busquen ayuda profesional.
EL ADOLESCENTE NECESITA AYUDA PSICOLÓGICA CUANDO:
- Autoestima baja.
- Estado de ánimo irritable o molesto.
- Cansancio y pérdida de energía.
- Consumo de alcohol o drogas.
- Muestra un comportamiento antisocial.
- Síntomas físicos sin explicación médica.
- Cambios en los hábitos de alimentación y de sueño.
- Mal rendimiento escolar o ausencias frecuentes a la escuela.
- Dificultad para disfrutar de las cosas que le han gustado siempre.
- Marcas, aruñones, cortaduras o golpes sin justificación razonable.
- Tristeza permanente y la mayor parte del tiempo en aislamiento.
- Si han escrito cartas o hecho dibujos que representen ideas de suicidio.
- Sensibilidad extrema al rechazo o al fracaso, y excesiva necesidad de aprobación.
- Sensibilidad extrema al rechazo o al fracaso, y excesiva necesidad de aprobación.
- Sentimientos de tristeza, los cuales pueden incluir episodios de llanto sin razón aparente.
- Disminución de la agilidad mental, la rapidez del habla o los movimientos corporales.
- Arrebatos de ira, comportamiento perturbador o riesgoso, u otros malos comportamientos.
- Agitación o inquietud: por ejemplo, caminar de un lado a otro, retorcer las manos o ser incapaz de quedarse quieto.
Es justo, en este tipo de situaciones que ameritan nuestro cuidado; por lo demás lo que necesitan es comprensión, amor, límites y paciencia. Si un ser querido o amigo está en peligro de intentar suicidarse o lo ha intentado, puedes hacer lo siguiente:
- Asegúrate de que la persona no se quede sola.
- Llama de inmediato al 911 y busca también ayuda de alguien cercano.
- Si puedes hacerlo de manera segura, lleva a la persona a la sala de emergencias del hospital más cercano.
- Nunca ignores comentarios o preocupaciones sobre el suicidio. Siempre toma medidas para obtener ayuda.
