Redacción. La vida de un exfutbolista que alguna vez brilló en los estadios ha dado un giro trágico al verse obligado a vivir en las calles, enfermo y desnutrido.
A pesar de haber sido una promesa del fútbol en sus años de gloria, hoy sufre las consecuencias de una carrera truncada por las lesiones y las adicciones.
Sin hogar y con su salud deteriorada, su historia es un recordatorio conmovedor de cómo la fama y el éxito pueden desvanecerse, dejando a quienes lo conocieron preguntándose cómo llegó a esta dramática situación.
Se trata de Maurizio Schillaci, exfutbolista italiano de 62 años, debutó en el Palermo con tan solo 17 años en 1981.
A lo largo de su carrera, vistió las camisetas de Rimini, Licata, Lazio, Messina y Juventus Stabia.
Sin embargo, hoy su realidad es dramáticamente distinta: Schillaci vive en la calle, en un Fiat Panda, junto a su perro Ciccio.
Primo del célebre Totó Schillaci, héroe de Italia en el Mundial de 1990, Maurizio fue considerado por muchos como un talento superior al de su famoso familiar.
Adicciones y lesiones
A pesar de su potencial, su carrera fue marcada por lesiones y problemas de adicción a la cocaína y la heroína.
Él mismo afirma que los médicos, a lo largo de su carrera, lo trataban como «un paciente imaginario» y que lo etiquetaban como un siciliano sin carácter.
El Corriere dello Sport informa que Schillaci sobrevive actualmente en las calles de Palermo, acompañado por su perro.
Voluntarios como Giusy Caldo han lanzado iniciativas para ayudar a Maurizio y a su fiel compañero, buscando alimentos caseros y organizando turnos de apoyo.
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«Maurizio se encuentra en un estado de desnutrición importante. Extraña los sabores de casa, no los de las delicatessen», compartió Caldo en redes sociales.
En 2014, los directores Davide Vigore y Domenico Rizzo plasmaron la difícil vida de Schillaci en la película Fuorigioco.
Donde retrataron la caída de un talento que, para muchos, fue una promesa futbolística truncada por las circunstancias.