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martes, marzo 19, 2024

Cuaresma

Ayer, el calendario litúrgico católico inició la Cuaresma con la imposición de cenizas en la cabeza recordándonos las frases “conviértete y cree en el Evangelio” y la más lapidaria “polvo eres y en polvo te convertirás”, dándole sentido a estos 40 días previos al Triduo Pascual que encierra la Pasión, Muerte y Resurrección del Hijo de Dios. Se pudo observar el fervor cristiano en el evento que nos recuerda de lo pasajero, de lo breve que es la vida y que de nada sirven los títulos, riquezas y poder que se ostente ya que tarde o temprano siempre debemos convertirnos y regresar a la tierra de la cual fuimos formados, al barro que fue soplado con aliento de vida por el Creador.

En esta etapa se exhorta al pueblo al ayuno, a la penitencia y a la limosna. Sin embargo, el pueblo está ayunando hace décadas en especial de justicia, en penitencia a causa de malos administradores del Estado que se han dedicado lamentablemente a hacer lo contrario del procurar el bien común y debe conformarse con migajas a manera de limosnas, que caen de la mesa de los grandes, después de esos enormes banquetes, del opíparo provecho de las arcas públicas, de donde nadie rinde cuentas ni nadie vigila a los que se supone que también deben vigilar a los que administran.

La permanente Cuaresma del hondureño, donde la anciana madre del barrio pobre deberá siempre encomendar a su hijo que posee un humilde trabajo y con suerte, en algún lugar para que se rebusque y que ruega por su regreso con bien, donde será recibido con amor, pero ya sin alimentos dada la escasez y lo caro que está lo más básico como los huevos y otros, que ya están prácticamente fuera del plato de los pobres. Es por eso y más que nos resulta asombroso lo variopinto que es el cuadro de las excusas cuando nadie habla de cómo salvar vidas con la construcción de las represas en el Valle de Sula, o de cómo mejorar el sistema carcelario para proteger la vida de los privados de libertad, y si acaso eso solo se escucha de manera marginal, con voz tenue. Tampoco nadie rinde cuentas de la Tasa de Seguridad, de los dineros recuperados a los corruptos.

Esas son las penitencias y ayunos que nos hacen pasar de parte de aquellos que siembran la zozobra social con palabra groseras e incluso con idioteces y, sobre todo, con mentiras. Solo es de volverlo a decir, ni siquiera tienen la capacidad (incluso tampoco la voluntad ya que el pueblo no es algo que les importe) para reiniciar el funcionamiento de las cámaras del Sistema Nacional de Emergencias 911 ¡ni siquiera eso!

Sirva esta etapa litúrgica para meditar sobre el pecado social, sobre la falta de humanidad del Estado y la falta de compromiso de un pueblo que cada día se envilece más. Al final de cuentas “polvo eres y en polvo te convertirás”.

EditorialCuaresma

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