China anunció la imposición de nuevos aranceles a ciertas importaciones estadounidenses, incluyendo petróleo crudo, maquinaria agrícola y gas natural licuado, en represalia a los gravámenes del 10% aplicados por la administración del expresidente Donald Trump a productos chinos en Estados Unidos.
El Ministerio de Finanzas de China detalló que los nuevos aranceles incluyen un impuesto del 15% sobre ciertos tipos de carbón y gas natural licuado, así como un arancel del 10% sobre el petróleo crudo, maquinaria agrícola, automóviles de gran cilindrada y camionetas. Estas medidas entrarán en vigor el 10 de febrero.
Además, el Ministerio de Comercio y la administración aduanera de China anunciaron la implementación inmediata de nuevos controles de exportación sobre decenas de productos metalúrgicos y tecnologías relacionadas.
Entre los materiales afectados se encuentran el tungsteno, un mineral clave para aplicaciones industriales y de defensa, y el telurio, utilizado en la fabricación de células solares.
China es el principal productor mundial de concentrados de tungsteno, con una participación superior al 80% de la producción global, según estimaciones del gobierno estadounidense.
En otra medida, China añadió a la compañía de biotecnología Illumina y al minorista de moda PVH Group, propietario de Calvin Klein y Tommy Hilfiger, a su lista de entidades no confiables, argumentando que estas empresas han «violado los principios normales de comercio del mercado».
Por otro lado, la Administración Estatal de Regulación del Mercado de China anunció una investigación contra Google por presuntas violaciones de la ley antimonopolio del país. Aunque el motor de búsqueda de la compañía no está disponible en China, la empresa mantiene operaciones limitadas en el territorio chino.
Estas decisiones de Beijing se producen luego de la entrada en vigor de un arancel del 10% sobre las importaciones chinas a Estados Unidos, anunciado por la Casa Blanca el pasado sábado.
En respuesta, el gobierno chino había criticado estas medidas en un comunicado el domingo, prometiendo “defender resueltamente sus derechos” mediante una queja ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) y otras “medidas correspondientes”.
El martes, el Ministerio de Comercio de China confirmó que llevó el caso de los aranceles estadounidenses al mecanismo de solución de disputas de la OMC, denunciando que «la práctica estadounidense socava gravemente el sistema de comercio multilateral basado en normas, afecta la cooperación económica y comercial entre China y Estados Unidos y desestabiliza la cadena industrial y de suministro global».
Las tensiones comerciales entre ambas naciones continúan escalando, marcando un nuevo capítulo en la disputa económica que ha afectado a mercados globales y sectores estratégicos de ambas economías.