Estados Unidos ha desatado una nueva fase en la guerra comercial global. El presidente Donald Trump cumplió su amenaza de imponer aranceles radicales contra Canadá, México y China, lo que desató una ola de represalias que sacuden la economía mundial.
Los nuevos gravámenes incluyen un impuesto del 25% sobre la mayoría de las importaciones de Canadá y México. Así como un aumento del 20% en los aranceles sobre productos chinos.
En total, estas medidas afectan importaciones por un valor aproximado de 1,5 billones de dólares anuales.
Con esta decisión, Trump busca fortalecer la industria manufacturera estadounidense y aumentar los ingresos fiscales.
La respuesta de Canadá y China
Canadá reaccionó de inmediato con un paquete de contraaranceles por 107.000 millones de dólares en bienes estadounidenses.
La primera fase contempla un arancel del 25% sobre productos por un valor de 20.600 millones de dólares.
Mientras que en tres semanas entrará en vigor una segunda ronda de gravámenes sobre bienes valorados en 125.000 millones de dólares, incluyendo acero, aluminio y vehículos.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, acusó a Trump de querer provocar el colapso de la economía canadiense con el objetivo de anexionar el país.
«Nunca seremos el estado número 51», sentenció. Además, advirtió que la medida también afectará a los consumidores y trabajadores estadounidenses.
China también tomó represalias, imponiendo aranceles de hasta el 15% a productos agrícolas estadounidenses, lo que afecta a un sector clave para la economía de EE.UU.

Trump redobla la apuesta
Lejos de ceder, Trump anunció que responderá con aranceles equivalentes a los impuestos por Canadá y China.
«Nuestros aranceles recíprocos se incrementarán de inmediato en la misma cantidad», advirtió en Truth Social.
México, por su parte, también alista su respuesta. La presidenta Claudia Sheinbaum anunciará el domingo un conjunto de medidas arancelarias y no arancelarias en contra de Estados Unidos, en rechazo a los nuevos gravámenes impuestos por Washington.

Un nuevo escenario comercial
Esta escalada de tensiones marca un cambio en la política económica y diplomática de EE.UU. Alicia García Herrero, economista jefe de Asia-Pacífico en Natixis, señala que «estamos en una nueva era donde el proteccionismo es la norma y EE.UU. está liderando este cambio».
El impacto ya se siente en los mercados financieros. Mientras las acciones chinas registraron repuntes intradiarios, las bolsas estadounidenses sufrieron su mayor caída del año y los bonos del Tesoro alcanzaron su nivel más bajo en cuatro meses.
Las medidas de Trump también podrían encarecer el costo de vida en EE.UU.
Según un informe del Budget Lab de Yale, los nuevos aranceles podrían costarle a los hogares estadounidenses hasta 2.000 dólares adicionales al año, además de frenar el crecimiento económico.

Más medidas en camino
Trump no planea detenerse aquí. En abril, impondrá aranceles recíprocos a todos los países que tengan barreras comerciales contra EE.UU.
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Además de gravámenes del 25% a sectores clave como la automotriz, semiconductores y productos farmacéuticos.
La Unión Europea también está en la mira. Trump estudia un impuesto del 25% sobre sus exportaciones, así como nuevos aranceles a las importaciones de cobre y madera.
Además, los gravámenes al acero y aluminio entrarán en vigor el 12 de marzo, afectando de nuevo a Canadá y México.
La guerra comercial está en pleno auge y sus consecuencias podrían redefinir el comercio global en los próximos años.